Andar por fe: el camino del creyente hacia la victoria en Cristo

AGOSTO 19

La fe es la gracia divina que une al alma con Dios y asegura la victoria. Descubre cómo vivir por fe según 2 Corintios 5:7 y fortalecer tu caminar espiritual.

«Porque por fe andamos» (2 Corintios 5:7).

La fe es una gracia divina y la vida misma del alma. Por eso se dice que «andamos por fe»; y si nuestra vida es espiritual, es por la fe en el Hijo de Dios que vivimos. La fe es una morada mutua: Cristo en el alma, y el alma en Cristo. El apóstol lo expresó con certeza: «Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí» (Gálatas 2:20). Y también nos recuerda que nos «revestimos de Cristo» (Gálatas 3:27), y que nuestra vida espiritual está escondida con Cristo en Dios (Colosenses 3:3).

La fe es el vínculo eterno entre Dios y el alma, que nada en este mundo puede romper; porque esta es la victoria que vence al mundo: nuestra fe (1 Juan 5:4). La fe ha obrado milagros y maravillas, porque «para el que cree, todo es posible» (Marcos 9:23). El que cree en Dios soporta pruebas como quien ve «al Invisible» (Hebreos 11:27), y espera visiones gloriosas de la eternidad.

Por la fe, Jacob luchó y prevaleció; y sus hijos siguen prevaleciendo ante Dios. La fe siempre triunfa, asegura la bendición y jamás se va con las manos vacías. Con audacia y confianza, la fe honra a Dios y se aferra a su brazo omnipotente. No se intimida por tormentas ni por decepciones, porque descansa en la compasión del SEÑOR y en la fidelidad de Cristo, el Autor y Consumador de la fe (Hebreos 12:2).

La fe trasciende el tiempo y anticipa la Canaán celestial. Para el que cree, todo es posible; pero para el que duda, un simple grano de arena se convierte en montaña. Al mirar atrás, nos avergonzaremos de nuestra incredulidad, pero jamás de nuestra fe.

Como escribió James Meikle: “SEÑOR, permíteme ser fuerte en la fe con sumisión; hacer mis peticiones con resignación; orar con la confianza de ser escuchado; y creerlo todo con paciencia y serenidad”.

Oración:
Padre amado, aumenta mi fe cada día para andar en tus promesas sin temer a la tormenta. Que mi confianza en Ti me sostenga en la prueba y me lleve a disfrutar de la victoria eterna en Cristo Jesús.

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