
“¡Y ni siquiera saben lo que sucederá mañana!” Santiago 4:14
No hay provisión más generosa para nuestra felicidad que la que contiene esta breve frase de las Escrituras: “¡No saben lo que sucederá mañana!”. La persona promedio se tortura en vano: los arrepentimientos de ayer y las preocupaciones por el mañana. Lo que pasó ayer no lo puede cambiar y ¡el mañana no sabe lo que sucederá!
¡Muchos se pierden de disfrutar el presente por preocuparse por el mañana! Escucha lo que Jesús aconseja: “Así que no se preocupen por el mañana, porque el día de mañana traerá sus propias preocupaciones. Los problemas del día de hoy son suficientes para hoy”. Mateo 6:34. Jesús no deja ninguna duda de que los problemas de un tipo u otro serán parte de la rutina diaria. Pero también los describe como “suficientes” para cada día. No está bien preocuparse por el futuro y permitir que el mañana que no conoces te robe las bendiciones de hoy.
La preocupación por lo que sucederá mañana produce ansiedad y temor que consume, y sobre todo nos impide confiar en Dios. Escucha, si Dios pudo crear el mundo en siete días, sin duda puede encargarse de tus problemas de mañana. “La ansiedad por cosas que aún no han sucedido es totalmente injustificada. Desecha las preocupaciones premonitorias, Dios provee para hoy. ¡Oh, corazón mío, qué descanso hay para ti si te entregas a tu SEÑOR y le dejas todas tus preocupaciones! Ocúpate de los asuntos de tu SEÑOR, y Él se ocupará de los tuyos”. —C. Spurgeon
“Si supiéramos todo lo que nos acontecerá en el futuro, ¡qué triste sería! Incluso la prosperidad carecería de alegría; pues la certeza de perder nuestras bendiciones nos privaría de todo su gozo mientras las tenemos. Y así, los momentos de placer ilimitado se verían empañados por la tristeza anticipada. Pero, ¡gracias a Dios que el futuro está velado! La tormenta y el naufragio inminente están ocultos, para que disfrutemos de la calma del presente mar sin olas. Sí, decimos de nuevo: ¡gracias a Dios por ocultar el futuro y permitirnos solo conocer las alegrías y las tristezas del presente!”. —James Smith
Oración final
SEÑOR, gracias porque no necesito conocer el mañana para descansar hoy. Enséñame a confiarte cada preocupación, a vivir fielmente el presente y a dejar en tus manos lo que aún no veo. Guarda mi corazón de la ansiedad y lléname de una fe sencilla que descanse en tu providencia diaria. Amén.