
15 OCTUBRE
«Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán». Salmo 126:5
Esta promesa es transmitida por medio de escenas agrícolas. Con sudor labrador ara su campo y echa la semilla en la tierra, donde yace un tiempo enterrada. Viene el largo invierno y todo parece perdido; pero cuando vuelve la primavera, toda la naturaleza revive, y el campo, desolado antes, queda cubierto de trigo que, al ser madurado por los rayos del sol, los segadores cortan alegres y traen a casa en medio de gran alegría.
Aquí tenemos, ¡Oh discípulos de Jesús!, un símbolo de tu presente labor y tu futura recompensa. Tú siembras, con lágrimas; haces tu deber entre persecuciones, aflicción, enfermedad, dolor, y nadie nota tu labor, ni «parece» que hayas de recibir provecho alguno de ello. Es más, tú mismo has de dejarte caer en el polvo hasta que hayas perecido. Pero llegará un día en que «segarás con gozo», y la cosecha será abundante.
Porque del mismo modo tu bendito Maestro: «Varón de dolores, experimentado en sufrimiento», Isaías 53:3, «llevó la preciosa semilla» y la sembró a su alrededor, hasta que su propio cuerpo fue enterrado, como un grano de trigo, en el surco de la sepultura. Pero se levantó, y ahora está en el cielo, desde donde vendrá «sin duda con regocijo», con la voz del ángel y la trompeta de Dios, «trayendo sus gavillas consigo», Sal.126:6. Entonces cada uno recibirá el fruto de sus obras y será alabado por Dios. – George Horne
«¡Alabemos y agradezcamos a Dios por las pruebas, por las tristezas! Han sido para nosotros dolorosas, pero una escuela muy necesaria y bendecida. El desierto ha sido un lugar celestial en la tierra. Las lecciones que nos han enseñado, las verdades que hemos aprendido, la preciosidad de Jesús que hemos experimentado, el amor de Dios que hemos sentido, la dulzura de la oración que hemos probado, y la aptitud para el trabajo que hemos obtenido; todo testifica, como con una sola voz, de las bendiciones inefablemente preciosas que fluyen a través del canal del dolor sagrado y santificado.
Cristiano, por doloroso y triste que sea el camino que ahora estás recorriendo, no temas; El resultado será gloriosísimo. ¡La semilla que siembras con lágrimas te dará una cosecha dorada de alegría!» – O. Winslow
Oración final: SEÑOR, enséñanos a confiar en Tu propósito incluso en medio del dolor, recordando que cada lágrima sembrada con fe florecerá en gozo y abundante cosecha bajo Tu fidelidad eterna. 🌾