Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al SEÑOR

SEPTIEMBRE 24

«Pero en cuanto a mí y a mi familia, nosotros serviremos al SEÑOR». Josué 24:15

Este versículo relata el desafío al final de los días de Josué. ¡Qué testimonio! Josué sabía que las decisiones son inevitables en la vida. Pero la decisión más importante que podemos tomar es consagrarnos al SEÑOR. Cada día debe ser una nueva entrega a Dios. Cada día debe ser una nueva decisión consciente de caminar con Él.

Cada época tuvo su hombre de corazón firme con esta decisión, confiando en que serviría de referencia para que los creyentes más débiles se guíen. Observa a Moisés, consideró el oprobio de Cristo como mayor riqueza que todos los tesoros de Egipto, Heb. 11:26. Analicen a los jueces y descubrirán que eran hombres decididos por el SEÑOR su Dios, o nunca habrían liberado a Israel. Recuerda a Samuel y David, Natán y Elías. Daniel es el gran ejemplo de decisión, pues lo vemos abriendo su ventana y orando, aunque sabía que se exponía a morir. Los amigos de Daniel, también están ante nosotros desafiando las llamas devoradoras del horno antes que inclinarse ante la imagen de oro de Nabucodonosor.

En los tiempos del Nuevo Testamento, Juan el Bautista asciende a la vanguardia por su firme fidelidad, y Pilato se hunde en la vergüenza eterna por su vacilación. Pablo está cubierto de renombre, mientras que Agripa, que está «casi convencido», se pierde en el olvido. En cada época, esta decisión firme de servir a Dios ha sido lo único que se ha necesitado; ceder ha sido fatal, pero mantenerse firmes como columnas de hierro y muros de bronce ha sido seguridad y honor. Hoy necesitamos la misma firmeza, debemos tomar posición, y al hacerlo mantenerla.

Pon a Cristo en tu corazón y Él expulsará el pecado, o mantener el pecado en tu alma ahogará todo pensamiento bueno hasta que se vuelva completamente vil. «En cuanto a mí, serviré al SEÑOR». Comprométete con sinceridad. O sino escribe: «En cuanto a mí, serviré al mundo», y comprométete con él. Anhelo guiarte a una decisión. Si Dios es Dios, sírvele; si el pecado es tu dios, sírvele, 1 Reyes 18:21. ¡Oh, que el Espíritu de Dios te guíe a decidirte por Dios y su hijo Jesucristo, ahora mismo, y Él recibirá la alabanza por siempre! Amén. – C. Spurgeon

ORACIÓN: SEÑOR mío Jesucristo, oramos para que nos des tu sabiduría para elegir sabiamente. Danos el valor para elegir lo correcto en lugar de lo fácil. Concédenos que podamos decir con Josué: «En cuanto a mí y a mi familia, serviremos al SEÑOR». ¡Oh, Espíritu bendito, concédenos gracia para esto! Fiel Redentor, pon tu imagen en nosotros, para que también nosotros podamos resistir por tu Sangre preciosa, ganar la batalla contra el pecado. Recibe toda la gloria por siempre. Y SEÑOR, que cada día reafirmemos con convicción: yo y mi casa serviremos al SEÑOR, confiando en que Tú sostendrás nuestra fe y guiarás nuestro camino. Amén

Deja un comentario