La sabiduría que viene de la Palabra de Dios

SEPTIEMBRE 29

«Me has hecho más sabio que a mis perseguidores, porque tus enseñanzas están siempre conmigo». Salmo 119:98

¡Qué fructífera cosecha obtuvo David de su ardiente amor y de su meditación diaria en la Palabra de Dios! Llegó a ser más sabio que sus enemigos en sutileza, que todos sus maestros en doctrina y que los antiguos en experiencia. ¡Cuánta más sabiduría obtiene de la Palabra el creyente perseguido, que la que sus perseguidores han obtenido del conocimiento de este mundo! Sin embargo, quienes han sido enseñados eficazmente por Dios necesitan ser enseñados diariamente por Él.

David alcanzó esta sabiduría divina. No mediante la lectura extensa ni mediante la inteligencia natural, sino mediante una meditación diligente en los testimonios y la obediencia. Muchos cristianos sinceros se ven muy obstaculizados, ya sea por el escepticismo ajeno o propio; o por su hábito previo de estudiar la Biblia a la luz de la sabiduría carnal o porque dependen de la enseñanza humana. Estos necesitan oración especial por humildad mental y una fe sencilla. Entonces podrán discernir ese camino a la gloria con tanta claridad, que por torpes que sean, no se extraviaran. Isaías 35:8, y el creyente analfabeto, que tiene la Palabra en su corazón y en su vida, llegará a ser “perfecto, instruido para toda buena obra”. 2 Tim. 3:17

En nuestro progreso cristiano, el hábito de David de meditar en las Escrituras será muy útil. Porque mientras quienes consultan con los hombres no pueden tener siempre a mano a sus consejeros, nosotros, que buscamos sabiduría en la Palabra de Dios, tenemos al mejor Consejero siempre con nosotros, quien nos enseña qué hacer y qué esperar. La obediencia, al igual que la meditación, también nos guía. David halló entendimiento porque guardó los preceptos. Y el SEÑOR le señaló a David el mismo camino de luz: «Si alguno quiere hacer la voluntad de Dios, conocerá la doctrina divina» Juan 7:17

¡Oh! Medita en la Palabra! Como Jeremías cuando halles Sus palabras, cometelas y serán para ti por gozo y por alegría de tu corazón; Jeremías 15:16. El Nombre de Jesús, su gran tema, será más precioso para ti; tu amor se encenderá, tu perseverancia se afirmará, y tu corazón se vivificará con el espíritu de alabanza. Así, al poner tu mente en contacto cercano y continuo con las enseñanzas de la Palabra de Dios, podrás extraer la dulzura de este precioso volumen, y será derramado como de un panal, consuelo, bendiciones y nuevas fuerzas diarias sobre tu corazón. – Charles Bridges

Oración: SEÑOR, enséñame a meditar cada día en tu Palabra. Hazme más sabio que mis propios temores y más fuerte que cualquier oposición, para que mi vida refleje tu verdad y tu luz. Amén.

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