Gloriarse en el Nombre Santo de Dios

SEPTIEMBRE 8

«Gloríense en su Santo Nombre;» Salmos 105:3

Gloríense en Dios, a quien pertenecen como sus hijos, como el único Dios verdadero, que posee un poder y una bondad infinitos. Nada puede ser un honor tan grande para ustedes como ser hijos de un SEÑOR tan poderoso, que trasciende infinitamente a todos los demás seres. «Oh SEÑOR DIOS, por eso Tú eres grande; pues no hay nadie como Tú, ni hay Dios fuera de Ti» (2 Samuel 7:22).

El Nombre del SEÑOR revela su naturaleza. Está escrito parcialmente en las obras de la creación, pero su plena revelación se encuentra en la persona y obra de Jesús. En Cristo aprendemos quién es Dios, lo que Él está dispuesto a hacer por nosotros y lo que desea otorgarnos«A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, Él lo ha dado a conocer» (Juan 1:18).

Si queremos conocer el nombre de Dios, debemos estudiar a Cristo. Nuestras mentes deben habitar en lo que Él enseñó, en lo que trajo a la humanidad y en las gracias que resplandecieron en su conducta. A menos que conozcamos el nombre de Dios, nunca confiaremos en Él; a menos que confiemos, nunca le amaremos; y a menos que le amemos, nunca nos gloriaremos en su santo nombre.

Pero si le conocemos, le honraremos y nos gloriaremos en Él. Hablaremos bien de Él a otros, los animaremos a buscarle y disfrutarle. Le alabaremos celebrando sus excelencias. No nos gloriemos en la salud, riquezas, logros o posición en la sociedad, ni en nada que pertenezca a este mundo, sino gloriémonos en el SEÑOR. Toda la naturaleza proclama su gloria, y la sabiduría verdadera se halla en conocer Su nombre. – James Smith

Su nombre es santo, su carácter es santo, su ley es santa, su gobierno es santo, su influencia es santa. Y los que le hallan, hallan la verdadera felicidad. ¡No hay pluma ni lengua que pueda expresar lo que es el amor de Jesús; sólo sus amados lo conocen! – C. H. Spurgeon

🙏 Oración: Señor, enséñame a gloriarme en tu santo nombre y no en las cosas pasajeras de este mundo. Que en mi corazón y en mis labios siempre esté la alabanza a tu poder y amor, y que cada día aprenda a vivir para tu gloria.

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