
SEPTIEMBRE 11
«El SEÑOR dijo a Satanás: Puedes hacer lo que quieras con lo que le pertenece a Job, pero a él mismo no le hagas daño. Entonces Satanás se retiró de la presencia del SEÑOR.» Job 1:12
La vida de Job demuestra que el Diablo solo puede llegar hasta donde Dios le permite. Satanás solo podía afligir a Job hasta cierto punto y no más; sus acciones estuvieron restringidas por Dios, quien preservó su vida. El poder de las tinieblas nunca está fuera de control: el SEÑOR es soberano y “hace lo que quiere” (Salmo 135:6). El poder del enemigo está sujeto a lo que Dios autoriza para cumplir sus propósitos eternos.
El permiso que el SEÑOR le dio a Satanás fue solo para ejercitar la fe y la paciencia de Job, y para demostrar la ruina del enemigo. Satanás pensó que la desgracia haría que Job maldijera a Dios, pero se equivocó: “En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno” (Job 1:22). En vez de alejarlo de Dios, la prueba lo acercó más a Él. Job declaró con firmeza: “¿Aceptaremos de Dios el bien, y no aceptaremos el mal?” (Job 2:10).
Así también, nosotros debemos recordar que Dios está al mando de todo. No debemos vivir paralizados por el temor al poder de Satanás. Sí, él tienta e intenta influir, pero la Biblia nos asegura: “El que está en vosotros, es mayor que el que está en el mundo” (1 Juan 4:4). Ningún poder de las tinieblas es rival para el poder de Jesucristo en nosotros.
La historia de Job nos enseña que Dios permite pruebas en la vida de sus hijos, no para destruirlos, sino para fortalecer su fe. Aunque seamos atribulados, jamás seremos destruidos (2 Corintios 4:9). En Cristo tenemos seguridad, pues nada podrá separarnos de su amor (Romanos 8:38-39).
Camina cada día con Dios y tendrás una fe inquebrantable, incluso en medio de tormentas. Él es tu refugio y tu victoria.
🙏 Oración: Señor, ayúdame a permanecer siempre cerca de Ti y a confiar más en tu poder que en mis temores. Cuando lleguen las pruebas, recuérdame que Tú has puesto límites al enemigo, y que nada puede apartarme de tu amor en Cristo Jesús. Amén.