El amor de Dios que echa fuera todo temor

SEPTIEMBRE 5

«En el amor no hay temor» 1 Juan 4:18

El temor es una emoción de angustia severa provocada por la intensa preocupación ante algún dolor o peligro inminente. Produce una inquietud y ansiedad continuas. Puede ser real o imaginario de situaciones que nunca ocurrirán, que nos atormenta al contemplar lo que nos espera. El temor puede escalar desde una leve inquietud hasta un terror absoluto. El antídoto del temor es la confianza en el amor de Dios, un amor sobrenatural que sobrepasa todo conocimiento.

La Biblia dice que «Dios es amor» (1 Juan 4:8). El amor es una característica fundamental de Dios. Todo lo que Él hace está impulsado e influenciado por su amor. Su amor es benévolo y caritativo, busca el bien y lo mejor para sus hijos que confían en Él y en Cristo, Su Hijo. Esta es la razón por la que los sostiene de su mano y promete nunca soltarlos (Juan 10:29). La confianza en el amor divino debería disipar todos nuestros temores.

Confiando en Dios y en Su amor es como Sadrac, Mesac y Abednego enfrentaron el horno de fuego sin temor (Daniel 3:1-30). Confiando en Dios es como Esteban se enfrentó a sus asesinos sin temor (Hechos 7:54-60). Confiar en Dios es negarse a ceder al miedo. Incluso en los momentos más oscuros, podemos estar seguros de que Dios no nos hará daño. Si entiendo que el amor de Dios es real, puedo tener la absoluta seguridad de que pase lo que pase, el SEÑOR hará lo que es mejor para mí, sin importar lo que diga o haga el hombre contra mí.

Una vez que hemos aprendido a poner nuestra fe y confianza en Dios, ya no temeremos lo que venga en contra de nosotros. ¡Tenemos todos los atributos de Dios obrando a nuestro favor! Entonces, unidos al salmista, diremos: “Pero alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que aman tu nombre” (Salmo 5:11). “En Dios he confiado, no temeré” (Salmo 56:11). El amor echa fuera el temor, porque el amor busca el rostro del Amado, confía en Su poder y se refugia bajo Sus alas.

El temor conlleva tormento. Pero la fe en el amor de Dios trae paz, tranquilidad y descanso. «En quietud y en confianza será su fortaleza» (Isaías 30:15). Tenemos en Dios un puerto seguro, libre de naufragios y tempestades. Cuando el amor de Dios entra en el corazón, destruye el miedo, porque damos paso a la fe y alcanzamos un descanso en Cristo al ser conscientes de Su amor hacia nosotros.

Oración: SEÑOR, enséñame a confiar en Tu perfecto amor que echa fuera todo temor; lléname de paz y seguridad en Cristo, para que viva cada día bajo la certeza de que Tú estás conmigo y nada podrá apartarme de Tu amor.

Un comentario

Deja un comentario