Dios ciertamente los visitará con su favor

SEPTIEMBRE 3

«….Dios ciertamente los visitará con su favor.» Génesis 50:24

Dios sin duda te visitará. Cuando ya no pueda visitar a mis queridos amigos cristianos, la presencia de Dios lo hará. Él visita a todos sus hijos, caminando en medio de los candeleros de oro. Cuando su pueblo se reúne, él se reúne con ellos, ya sea en asambleas públicas o en el círculo social. Su iglesia es su jardín donde da sus agradables paseos. Es su ciudad donde le encanta morar. Es su familia con la que se siente en casa.

También Dios visita a cada cristiano individualmente. A los afligidos les manifiesta simpatía. A los pobres les da provisión. Y a sus hijos los visita en el lugar de oración. Dios consuela en la angustia, donde suspiran y lloran. Los visita cuando están oprimidos, para apoyarlos y liberarlos. La visita del SEÑOR en la enfermedad los consuela. Los visita cuando retroceden, para restaurarlos. Los visita en el valle de sombra de muerte, para guiarlos con seguridad.

El SEÑOR me ha visitado en ocasiones en el pasado, y bendito sea su nombre, sin duda me visitará en el futuro. Lo hará para endulzar cada amargura, santificar cada prueba y mostrar su favor divino. Él me visitará para sacarme de esta tierra de pruebas y tribulaciones, de esta tierra de pecados. Su última visita será la más dulce, como introducción a su eterna presencia y gloria.

Seguramente las visitas de Dios llegarán a sus hijos, pero puede que sea por la pérdida de un ser querido. Puede que sea para quitar algún ídolo del corazón. O puede ser para despojarnos de algo que estorba y nos impide seguir Su camino. «Dios ciertamente nos visitará». Sí, lo hará y sus visitas serán misericordiosas, ya sea que venga a elogiar o a reprender; a consolar o a contristar; a dar o a quitar; a llenar la boca de canciones o los ojos de lágrimas! Nuestras oraciones reclaman misericordia, y nuestros pecados, azotes, y Él sin duda responderá a nuestro llamado.

Bendito, bendito por siempre, sea Su santo nombre, por cada visita de Dios a mi vida, por cada mirada amorosa que me ha dirigido, por cada dulce palabra que me ha hablado y por cada bendición que me ha conferido.- James Smith

ORACIÓN: Oh SEÑOR, visítame, quédate conmigo y manifiéstate a mí con mayor plenitud y gloria que nunca. ¡Visítame especialmente cuando esté enfermo y en la hora de la prueba y la tentación. Entonces, permíteme escuchar la voz de la misericordia que dice: «¡Dios ciertamente te visitará con su favor!»

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