
AGOSTO 24
«Caminó, pues, Enoc con Dios». Génesis 5:24
El caminar de Enoc con Dios fue un poderoso testimonio de que le agradaba al Señor. La Biblia enseña que si los hombres caminan en contra de Dios, Él no caminará con ellos, sino en contra de ellos. Caminar con Dios significa amistad, intimidad y amor, una relación imposible si el alma no es aceptada por el Señor a través de la fe.
Un hombre que camina con Dios necesariamente crecerá en la gracia, en el conocimiento divino y en semejanza con Jesús. No se puede suponer una comunión diaria con Dios sin que la persona sea fortalecida, santificada e instruida para glorificarle más plenamente.
«Caminó Enoc con Dios» significa que vivía consciente de Su presencia. No se limitaba a pensar en Dios, hablar de Él o leer sobre Él; lo experimentaba en su vida diaria. Caminar con Dios es la parte práctica de la verdadera piedad, un andar cotidiano en fe, confianza y amor. Enoc veía a Dios como un amigo vivo, en quien confiaba y de quien sabía que era amado.
Caminar con Dios es entrar en una relación profunda, constante y cercana con el Altísimo. Quien desea experimentar lo mejor de la vida cristiana lo hallará en una fe plena y en una comunión íntima con el Padre celestial. Enoc no caminó a tropezones en su relación con Dios, sino que permaneció constante en el gozo sereno y equilibrado de esa compañía divina día tras día.
La vida de Enoc debió ser feliz, porque ¿quién podría ser infeliz con semejante compañía? Con Dios a su lado, el camino nunca fue tedioso. Su andar fue deleitoso y lleno de paz (Proverbios 3:17). Fue también un caminar seguro: Dios mismo era su sol y escudo (Salmo 84:11), y al habitar bajo la sombra del Altísimo (Salmo 91:1), nada podía dañarlo.
¡Qué honor y privilegio es andar con el Rey de reyes! Enoc fue ennoblecido al ser compañero íntimo del Señor. Ninguna vida es más elevada que la de quien camina fielmente con Dios, en silencio, sin buscar aplausos, sino permaneciendo en el lugar donde la providencia lo ha colocado.
No debemos apartar la mirada de Jesús, porque cuando dejamos de fijar los ojos en Él retrocedemos en vez de avanzar. Enoc agradó a Dios por la fe, y por la fe caminó con Él. Sigamos su ejemplo, pues caminar con Dios es la verdadera victoria y plenitud de la vida cristiana. – C. Spurgeon
🙏 Oración: Padre celestial, enséñame a caminar contigo como Enoc lo hizo: en fe, en amor y en obediencia diaria. Que tu presencia sea mi gozo, mi paz y mi seguridad, y que mi vida sea un testimonio de intimidad contigo. Amén.
Amén, preciosa oración y reflexión.