Honrar el Nombre de Dios: Qué significa y cómo vivirlo según la Biblia

JULIO 11

«No tomarás el Nombre del SEÑOR tu Dios en vano, porque el SEÑOR no tendrá por inocente al que tome Su nombre en vano.» — Éxodo 20:7


Cuando usamos el Santo Nombre del SEÑOR, no pronunciamos solo una palabra: tomamos su naturaleza, su carácter, sus atributos, su gracia, su misericordia y su santidad. Por eso, el tercer mandamiento prohíbe todo uso indebido de Su Nombre, que es “Santo y temible” (Salmo 111:9).

La blasfemia es una forma clara de tomar Su Nombre en vano, al usarlo de manera irrespetuosa para maldecir, insultar o difamar. Jesús mismo fue insultado mientras colgaba en la cruz (Mateo 27:39). Recordemos que nuestras palabras brotan del corazón (Lucas 6:45) y que una lengua descuidada revela un alma descuidada. Como dijo Cotton Mather: “La lengua es un arma poderosa; no permitamos que se use para profanar el Nombre que nos salva.”

Pero también tomamos Su Nombre en vano cuando vivimos en hipocresía. Jesús nos enseñó a orar así: “Santificado sea tu Nombre” antes de pedir pan, perdón o protección. Y lo santificamos cuando nuestras palabras y acciones son coherentes con nuestra fe. En cambio, la duplicidad, el orgullo espiritual y la crítica injusta (Mateo 23:13-28; Mateo 7:3-5) deshonran Su Nombre.

Otra forma grave de tomar Su Nombre en vano, es usar Su Palabra para fines incorrectos. La Biblia es la revelación más completa de quién es Dios (Salmo 138:2). Manipularla para defender ideas falsas, enseñarla con ligereza o predicar por lucro personal es un acto de irreverencia y peligro espiritual. Quien predica debe levantar el Nombre de Dios como estandarte, cuidando de no desviar a otros con falsa doctrina.

¡Que tengan cuidado los que predican que, mediante la expresión de una falsa doctrina, desvían a muchos de la Fe! ¡Que se cuiden de convertir la predicación de la Palabra en una profesión comercial para lucro personal o para fines indignos! ¡Porque están teniendo el Nombre del SEÑOR como nada! «Sobre los cuales la condenación ya de largo tiempo no se tarda, y su destrucción los acecha» 2 Pedro 2:3. Que los predicadores y ministros del SEÑOR puedan decir como Pablo: «Pues no somos como Muchos, que comercian con la Palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios y delante de Dios hablamos en Cristo». 2 Corintios 2:17

El SEÑOR no pasará por inocente a quien desprecie Su Nombre. Honrarlo no es solo evitar malas palabras, es vivir, hablar y servir de manera que todo apunte a Su gloria.

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Oración: SEÑOR Santo y Temible, guarda mis labios y mi corazón para que nunca use tu Nombre en vano. Enséñame a honrarte con mis palabras, mis acciones y mi vida entera. Que todo lo que diga y haga exalte tu gloria y refleje tu carácter. Amén.

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