“Jesús, el Cristo, Hijo del Dios Viviente”

AGOSTO 1

¡Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente!  Mateo 16:16

Las diversas opiniones acerca de Cristo pueden servir para mostrar que siempre ha habido, y habrá, como ahora, una gran variedad de nociones acerca de Cristo. Pero sólo puede haber un juicio correcto y debe formarse a partir de la enseñanza divina. Por eso, cuando Pedro declaró que Jesús es «el Cristo, el Hijo del Dios viviente», Jesús respondió: «ningún hombre te reveló esta gloriosa verdad; sino el Padre que está en los cielos» (Mateo 16:17). El conocimiento de Cristo, su poder salvador, su energía inspiradora, las riquezas de su amor, no son aprendidos por medios humanos, sino que Dios mismo es nuestro maestro, y como Pedro, también somos bendecidos en ese conocimiento.

«Este Jesús de Nazaret, sin dinero ni armas, conquistó a más millones que Alejandro, César, Mahoma y Napoleón. Sin ciencia ni erudición, arrojó más luz sobre las cosas humanas y divinas que todos los filósofos y eruditos juntos. Sin la elocuencia de las escuelas, pronunció palabras de vida como nunca antes ni desde entonces se pronunciaron, y produjo efectos que están más allá del alcance de cualquier orador o poeta. Sin escribir una sola línea, puso más plumas en movimiento y proporcionó temas para más sermones, oraciones, discusiones, volúmenes eruditos, obras de arte y dulces canciones de alabanza que todo el ejército de grandes hombres de los tiempos antiguos y modernos.

Nunca hubo en este mundo una vida tan sincera, modesta y humilde en su forma y condición exterior, y sin embargo, que produjera efectos tan extraordinarios en todas las épocas, naciones y clases sociales. Las crónicas de la historia no contienen otro ejemplo de éxito tan completo y asombroso, pese a la ausencia de influencias materiales, sociales, literarias y artísticas, que según el mundo son indispensables para el éxito de un hombre.

Que Dios Padre, por su Santo Espíritu nos revele que  «Cristo», es el ungido, el Mesías predicho por los profetas del Antiguo Testamento, y «el Hijo del Dios viviente», de naturaleza divina, Dios hecho hombre (Juan 1:14), fuente de vida para los demás, que reina con poder y autoridad al mundo.
📖 — Philip Schaff


🙏 Oración final:
Padre celestial, gracias por revelarnos que Jesús es el Cristo, Tu Hijo amado y viviente. Abre nuestros ojos espirituales para comprender su divinidad, su amor y su poder salvador. Que cada día vivamos con la certeza de que Él reina con autoridad y nos da vida eterna. Amén.

Deja un comentario