
JULIO 23
Versículo base: «Antes bien, crezcan… en el conocimiento de nuestro SEÑOR y Salvador Jesucristo.» — 2 Pedro 3:18
Siento un deseo de saber más y de disfrutar del poder de Cristo en mi interior. ¡Oh, qué poco conozco realmente de Él! He pensado en Él, he hablado de Él y he escrito sobre Él, pero qué poco conozco realmente de Él. Quiero saber más de la persona de Cristo, más de su gracia y más de su obra. Quiero saber más de Sus palabras y más de Su corazón. Quiero conocer a Cristo de tal manera que nunca dude de su amor, ni cuestione su veracidad, ni tema su venida. Sí, conocerlo de tal manera que me entregue por completo a Él y esté listo en cualquier momento para partir y estar con Él.
Sí, quiero amar a Cristo y demostrar con mi hablar, conducta y espíritu que lo amo. Quiero estar dispuesto a decir: «Lo amo porque Él me amó primero». ¡Oh! Su amor debería influir tanto en mi conducta y sazonar tanto mis palabras que todos a mi alrededor tengan la certeza de que lo amo. ¡Ojalá el Espíritu Santo derrame cada vez más el amor de Cristo en mi corazón, que mi amor por Él sea tan fuerte como la muerte! (Cantares 8:6)
Para crecer en el conocimiento de Cristo, necesito tener la revelación de que soy un solo espíritu con Él. Él es la cabeza de todos los verdaderos creyentes, y están unidos a Él (Colosenses 1:18). Quiero vivir cada día bajo la impresión de que Cristo y mi alma son uno: «Soy miembro de su cuerpo, de su carne y de sus huesos» (Efesios 5:30). Nada puede superar el privilegio de estar unido a Cristo. Entonces, porque Él vive, yo también viviré (Juan 14:19). Ejercerá su influencia en mí, me bendecirá con toda bendición espiritual (Efesios 1:3), y deseará tenerme con Él para que contemple Su gloria. ¡Oh, Jesús, habita con mayor poder en mi corazón, y permíteme habitar con mayor poder en ti!
Sin unión con Cristo, no hay comunión con Él. La rama al ser uno con la vid, recibe su vida, savia y alimento de la vid. Así también, nosotros, al ser uno con Cristo, recibimos de Él nuestra vida espiritual, santidad, paz y gozo (Juan 15:5). En la medida en que realizamos nuestra unión con Cristo, disfrutaremos de la dulzura y constancia de nuestra comunión con Él, y anhelaremos asemejarnos a Él, y ¡desearemos poseerlo plenamente y estar para siempre con Él! ¡Oh, por una comunión más dulce, santificadora y ennoblecedora del alma con Jesús!
¡Toda mi Fe encuentra su centro en Cristo! ¡Todo mi devoción comienza, continúa y termina con Cristo! Valoro las doctrinas, ¡pero valoro más a Cristo! Valoro las ordenanzas, ¡pero tengo en mayor estima a Cristo! Conmigo es: ¡Cristo primero, Cristo en el medio, Cristo al último. ¡Oh, que tú sientas lo mismo!
📖 — James Smith
🙏 Oración final: SEÑOR, haz crecer en mí un conocimiento más profundo y real de Cristo. Que mi unión contigo sea tan evidente que transforme mis pensamientos, palabras y actos. ¡Más de Ti, Jesús, y menos de mí! ¡Amen!