Gratis lo recibiste… ¡Gratis dalo!

JULIO 18

Devocional sobre dar con generosidad y sin codicia

«Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, sanen leprosos, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente”. — Mateo 10:8

Jesús dio instrucciones claras a sus doce discípulos: sanar, liberar y resucitar… pero sobre todo, hacerlo sin esperar nada a cambio. Su poder es por gracia, no para lucro.
El SEÑOR les dio autoridad sobre enfermedades, muerte y demonios, pero dejó bien claro que ese poder no es propiedad personal, ni para generar ingresos. ¡Es un don divino para compartirlo libremente!

Este mandato sigue vigente hoy. El llamado del SEÑOR es claro: no saques provecho de lo que Él te dio gratis. Su gracia es invaluablemente preciosa; no tiene precio y no debe ser usada como moneda de cambio. Los predicadores del amor al dinero deberían caer llorando y arrepentidos al leer este verso.

📖 Una advertencia contundente: ¡Tu dinero perezca contigo!

Jesús nos deja esta enseñanza para librarnos de toda codicia y del espíritu de Simón, quien quiso hacer negocio con el poder del Espíritu Santo. Pedro lo confrontó con estas temibles palabras: ¡Que tu dinero perezca contigo, porque has pensado que «el don de Dios» se obtiene con dinero! Hechos 8:20. Esta es una advertencia contundente: ¡Tu dinero perezca contigo! En otras palabras, tu y tu dinero serán destruidos.  

Hoy esa misma advertencia resuena con fuerza para aquellos que:

  • Venden “revelaciones” bíblicas
  • Cobran por orar, profetizar o compartir la Palabra
  • Comercializan objetos “ungidos” como aceite, agua o telas
  • Exigen dinero para ministrar, cantar o publicar contenido cristiano

El apóstol Pablo con palabras similares a las de Pedro también advierte:
«Los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo… que hunden a los hombres en ruina y perdición.» — 1 Timoteo 6:9

📌 El poder no es tuyo. No es para lucrar. Es para bendecir.

Todo poder y autoridad en el Reino provienen de Cristo. Los siervos solo somos instrumentos por donde fluye Su poder. A Él le pertenece la gloria, la alabanza y también… ¡la provisión!

Como lo dejó claro Adam Clarke:

“¡Qué inmoral es que un hombre trafique con los dones que pretende haber recibido del Espíritu Santo! Quien predica para amasar una fortuna, es culpable de la más infame impiedad y apostasía.”

💰 ¿Y entonces cómo se sustenta la obra?

Jesús no ignora que toda obra necesita recursos. Él mismo fue sostenido por mujeres piadosas que lo seguían y apoyaban con sus bienes (Lucas 8:3). Pero nunca manipuló ni vendió su ministerio. Su enseñanza es clara:
«Den gratis lo que recibieron gratis.»

La provisión vendrá de Dios mismo, quien tocará corazones agradecidos para suplir. Solo confía, obedece y no manipules ni acomodes Su Palabra. ¡Confía en Su provisión! Él lo prometió:

«Mía es la plata, y mío es el oro» — Hageo 2:8 


🙏 Oración final:

SEÑOR, que nunca me olvide de que todo lo que tengo proviene de Ti, por gracia. Líbrame del deseo de lucrar con lo sagrado. Enséñame a dar como Tú das: sin medida, sin condiciones y sin buscar recompensa humana. Que mi vida y mi ministerio honren Tu bendito y glorioso Nombre y no se conviertan en negocio. Confío en que Tú suplirás toda necesidad conforme a Tus riquezas en gloria. ¡Amén!

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