MAYO 5

«¿Entiendes lo que lees? » Hechos 8:30

Seríamos mejores maestros y menos propensos a ser llevados por cualquier viento de doctrina si buscáramos una comprensión más inteligente de la Palabra de Dios. Como el Espíritu Santo, el Autor de las Escrituras, es el único que puede iluminarnos correctamente para comprenderlas, debemos pedir constantemente su enseñanza y su guía hacia toda verdad. «Cuando venga el Espíritu de verdad, Él los guiará a toda verdad» Jn 16:13. Para comprender mejor la Biblia con la ayuda del Espíritu, sumérgete en las flores de la Escritura, en su significado interior y absorbe esa dulzura secreta que el SEÑOR ha puesto allí para tu alimento espiritual.

Cuando el profeta Daniel quiso interpretar el sueño de Nabucodonosor, se dedicó a orar fervientemente para que Dios le revelara la visión. El apóstol Juan, en su visión en Patmos, vio un libro sellado con siete sellos que nadie fue hallado digno de abrir, ni siquiera de mirar. El libro fue abierto después por el León de la tribu de Judá; pero primero está escrito: «¡Lloré mucho!». Las lágrimas de Juan, que eran sus oraciones líquidas, fueron ¡las llaves sagradas por las cuales se abrió el libro sellado!

Por lo tanto, si, para tu propio beneficio y el de los demás, deseas ser «lleno del conocimiento de la voluntad de Dios en toda sabiduría y entendimiento espiritual», recuerda que la oración es tu mejor medio de estudio. Como Daniel, comprenderás el sueño y su interpretación cuando hayas buscado a Dios. Y como Juan, verás los siete sellos de la preciosa verdad desatados después de haber orado mucho.

 No hay doctrina tan difícil en las Escrituras que te sea útil comprender y que no se revele con el ejercicio de la oración y la fe. La oración te abre el camino a la revelación, es la palanca que abre el cofre de hierro del misterio sagrado, para que podamos obtener el tesoro que esconde. ¡Así crecerás sano, fuerte y feliz en la vida divina! – C. Spurgeon Estudia la preciosa Palabra de Dios en oración; y pide la enseñanza de su Espíritu Santo, para que puedas amar, comprender y obedecer su glorioso contenido.

ORACIÓN: SEÑOR, creo en la autoridad de las Escrituras y te agradezco ese fundamento de verdad. Pero debo recordar que ni siquiera el texto inspirado cobra vida hasta que el Espíritu Santo lo tome e ilumine a quienes lo reciben. Que el Espíritu, en efecto, tome lo que enseñas y lo arraigue en nuestros corazones y mentes. Amén. «Entonces les abrió el entendimiento para que pudieran comprender las Escrituras». Luc. 24:45 ¡Abre mis ojos, para que vea las verdades maravillosas que hay en tus enseñanzas! Sal. 119:18 -AW Tozer

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