ABRIL 30

«¡El Todopoderoso me ha afligido! » Rut 1:21.

Es una dulzura poder reconocer la mano de Dios en nuestra aflicción, pues de esa mano solo puede venir para sus hijos lo bueno y lo recto. Esas son las manos de las que el Señor dice: «Te tengo grabada en las palmas de mis manos»  Isa. 49:16. Podemos estar seguros que de esas Manos Soberanas sólo puede venir lo que la sabiduría infinita dirige y el amor infinito ha ordenado. «Dios nos disciplina para nuestro bien, para que participemos de su santidad.» Heb.12:10 -Spurgeon.

Noemí pensaba erróneamente que el mal acontecido era prueba de que Dios estaba en su contra. Muchos creyentes como ella se quejan y murmuran cuando están bajo fuerte aflicción, sin saber que «los caminos de Dios son agradables y todas sus sendas de paz», Prov.3:17, cuando no se aíslan del plan de nuestra vida, sino que se consideran parte de un todo. No podemos pronunciarnos sobre ningún aspecto del trato de Dios con nosotros hasta que todo el plan se haya cumplido.

¡Cuán afligido debe estar el Espíritu de Dios, al escuchar palabras de murmuración y queja! Levantemos el velo y observemos las cosas agradables en la vida de Noemí. Es cierto que su esposo y sus dos hijos habían muerto; pero su muerte en una tierra extranjera la había dejado libre para regresar con su pueblo y su Dios; para anidar nuevamente bajo las alas del SEÑOR y Dios; y para compartir las ventajas del Tabernáculo. Es cierto que Orfa su nuera había regresado pero ella tenía a Rut, su otra nuera, quien era mejor para ella que siete hijos. Rut 4:15

Es cierto que ella era muy pobre; pero fue a través de su pobreza que Rut tuvo por primera vez contacto con ese buen hombre, Booz; y, además, había todavía un pequeño patrimonio que le pertenecía.  Es cierto que no tenía un hijo varón que perpetuara su nombre; pero,  unos meses después, el pequeño Obed, su nieto, estaría en sus brazos y sería su consuelo en la vejez: «¡Alabado sea el SEÑOR, que hizo que no te faltara hoy un pariente redentor! ¡Que llegue a tener renombre en Israel! El renovará tu vida y te sustentará en tu vejez» Rut 4:14-15. Obed fue abuelo del rey David. Y fue a través del linaje de David que el Mesías vino al mundo. En verdad el SEÑOR bendijo a Noemí mucho más allá de lo que ella pudo pensar o imaginar.

Sí, Noemí, como muchos creyentes deben retractarse de sus quejas contra Dios. Noemí trató con amargura su propia felicidad al dejar la Tierra Prometida para ir a Moab; pero Dios la trató con agrado en su regreso y su fin. «He aquí, el ojo del SEÑOR está sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia» Sal.33:18. «¡El Todopoderoso me ha afligido! Cristo trajo un consuelo mejor que el que Noemí encontró. Nos asegura el amor de Dios en nuestras penas y nos enseña a no angustiarnos. Quienes tienen a Cristo como amigo pueden aprender a regocijarse incluso en sus penas, hallando bendición y bien en la pérdida y la prueba- FB Meyer

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