
¡El SEÑOR nuestro Dios Todopoderoso reina! Apocalipsis 19:6
¡Creyente! Qué gran apoyo y sostén para ti en medio de las pruebas de tu viaje por este mundo, que la idea de contar con el ¡SEÑOR Dios Topoderoso! ¡Sus recursos son ilimitados! No hay manera de contrariar sus designios, de frustrar sus propósitos, de cuestionar sus consejos. «¡Él habla, y se hace!». Tu necesidad es grande. Desde la más humilde migaja de bondad providencial hasta la más rica bendición de la gracia divina, ¡dependes momento a momento de la generosidad del Todopoderoso! ¡Pero no temas! «¡Yo soy el Dios Todopoderoso!» Apoc.1:8. ¡Tus necesidades finitas jamás podrán agotar mi infinita plenitud! «¡Mi Dios suplirá todas tus necesidades conforme a sus gloriosas riquezas en Cristo Jesús!». Fil.4:19
A Ti, oh bendito Jesús, se te ha confiado todo el poder en el Cielo y en la tierra. Mat.28:18 ¡Todo el poder! Él tiene en sus manos las riendas del imperio universal. Al León de la tribu de Judá se le ha confiado el rollo de la Providencia, con sus siete sellos. Apoc.5:5 Cualquiera que sea la bendición que requieran los más pobres, débiles, solitarios y afligidos creyentes, si realmente es para su bien, el Consejero Admirable la asegura. Como Príncipe, Él tiene poder ante Dios y debe prevalecer.
Él reúne en su adorable Persona todo lo que un pecador requiere: un Corazón lo suficientemente tierno para amar; y una Mano lo suficientemente fuerte para salvar. ¡El Hermano Mayor! ¡El «Dios Poderoso!» ¡Cuánto se deleita en ejercer su omnipotencia en favor de los cristianos, gobernando sus intereses y superando sus pruebas para su bien eterno! Cuando ora por ellos , dice: «¡Padre, quiero!». Bien puedo tomar el lema que aún lleva en su pectoral ante el Trono como fundamento de apoyo, y aliento en todo tiempo de tribulación: «¡Es Poderoso para salvar eternamente!»
Mis enemigos son muchos —su nombre es Legión—: Satanás, el gran adversario; los traidores del corazón —pecados del alma—; el mundo y la trinidad del mundo: «¡los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la soberbia de la vida!» 1 Jn.2:16. Pero Aquel que está conmigo es mucho mayor que todo lo que pueda estar en mi contra. Él es «más fuerte» que el «hombre fuerte» Mar.3:27. «Cristo, el Poder de Dios» 1 Cor.1:18. «Yo, que hablo con justicia, Poderoso para salvar» Isa.63:1.
Creyente, te encuentras en prueba, abatido por una gran batalla de aflicciones, como los discípulos, en la medianoche de la tormenta, azotando un mar de problemas. ¡No temas! Cuando la tempestad haya hecho su trabajo, cuando la prueba haya cumplido su misión, la voz que calmó las aguas de antaño solo tiene que emitir el mandato omnipotente: «¡Calla! ¡enmudece!» Mar.4:39, e inmediatamente habrá una gran calma. ¡El «Todopoder» de Jesús! ¡Qué almohada para reposar mi dolorida cabeza; destruyendo todos mis temores e infundiendo pensamientos de dulce consuelo y alegría! ¡El SEÑOR nuestro Dios Todopoderoso reina!- J. Macduff