
«Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público». Mateo 6:6
Jesús instó a sus discípulos a evitar una conducta ostentosa y les aconsejó que entren en sus aposentos a orar y escondan al mundo su comunión con su Padre celestial. Si realmente amamos a Dios, oraremos en secreto. Es evidente que si oramos solo en público, pero descuidamos la oración secreta, sólo buscamos la aprobación humana. Es una gran prueba, tanto de fe como de amor, orar en secreto.
¡Si creemos que el SEÑOR está cerca y lo amamos, encontraremos un gran deleite al hablar con Él! «Es necesario que el que se acerca a Dios crea que Él existe» Heb.11:6. Si dudamos de que Dios escucha, no es de extrañar que la oración nos resulte una tarea pesada. Si, además, no le amamos, no podremos encontrar placer en hablar con Él. Pero sí creemos que está muy cerca de nosotros, y si lo amamos con todo el corazón ¡qué deleite es cerrar la puerta de nuestro aposento y abrirle nuestros corazones! ¡Y nos recompensará por hacerlo! ¡Qué! ¡Una recompensa por invocar Su ayuda! La recompensa será que Él responderá a nuestras peticiones como lo prometió, y al final nos reconocerá como sus hijos. – Mortimer
Dios se revela más a sus hijos cuando pasan tiempo en oración privada. ¡Qué dulce es rendirse ante Él! ¡Qué calidez celestial! ¡Las benditas alegrías, las selectas comuniones con Dios, que los cristianos han encontrado cuando están a solas con Él! A Dios le encanta cargar las alas de la oración que se hace a solas con las bendiciones más dulces y selectas. ¡Ah, cuán a menudo Dios ha fortalecido a cristianos necesitados al comenzar una oración en lo secreto, hablándoles paz y llenándoles con luz, gozo y certeza al terminar! «Nunca estoy menos solo que cuando estoy solo, porque entonces disfruto la presencia de mi Dios con más libertad, plenitud, dulzura, y sin interrupción».-Ambrosio
La oración en privado es la llave de oro para desbloquear los misterios de la Palabra de Dios. El conocimiento de las verdades benditas y escogidas no es sino el retorno de las oraciones en privado. Dios se deleita en hacer conocidas a las almas en sus oraciones a solas Sus verdades y fidelidad, su gracia y bondad, su misericordia y recompensa, su hermosura y su gloria. Dios corona la oración privada con una revelación a sus hijos de aquellas verdades de peso benditas que para otros son un libro sellado.
La oración en privado corona a Dios con la honra y gloria debida a Su nombre, y el alma disfruta más comunión con Dios en lo secreto. Cuando un cristiano está en el desierto, que es un lugar solitario, Dios se deleita en hablarle para su consuelo. Un esposo descubre su mente más libremente a su esposa cuando están solos, y Cristo también lo hace al alma creyente. ¡Oh, la dulzura de Su presencia en secreto, las visitas y las revelaciones que Dios da a Su pueblo cuando están a solas! A Cristo le encanta acogernos, no tanto en una calle abierta como en nuestro aposento. Cristo entrega sus dones más ricos en lo secreto, cuando estamos a solas con Él. -Thomas Brooks
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