MARZO 26

Estando convencido de esto: que el que en ustedes comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Cristo Jesús. Filipenses 1:6

Nos desanimamos al ver lo lejos que estamos de alcanzar seguir las pisadas de Cristo y estar más cerca de Él, nuestros esfuerzos de consagración para lograrlo se han visto frustrados ya sea por nuestra debilidad, oposición de la carne o tentaciones del diablo. Desanimados y frustrados bien podemos decir con David: «¡Ojalá mis caminos fueran ordenados para guardar tus estatutos!». Sal. 119:5. Si este es tu caso, ten ánimo, ¡lo que Dios ha empezado en ti lo terminará, a pesar de tus errores y fracasos! Ten la seguridad que la obra del Espíritu de Cristo en ti, será tan completa que nada faltará para hacerte sabio, santo y feliz a fin de llevarte a Su reino y gloria.

Los defectos en la obediencia no invalidan tu justificación ni afectan en modo alguno tu aceptación y posición ante Dios. Su justificación no se basa en tu obediencia, sino en la de Cristo que mora en ti. Por imperfecto que seas en ti mismo, estás «completo en Él»Col. 2:10. ¡Ay de Abraham, Moisés, David y Pablo si su justificación hubiera dependido de su propia santidad y buenas obras! No permitas, que tus fracasos empañen tu gozo en Cristo, sino más bien, sé cada vez más agradecido por su manto de justicia que oculta tus trapos de inmundicia.- W Pink «Si la perseverancia del cristiano dependiera completamente de sí mismo, no habría evidencia segura de que alguna vez alcanzaría el cielo». -Barnes

Ten presente que ¡tus debilidades no rompen el vínculo del Pacto Eterno! Este se mantiene firme, a pesar de tus defectos y corrupciones. «Las iniquidades prevalecen contra mí», dijo David, pero al mismo tiempo añadió: «¡Las perdonarás!» (Sal. 65:3). Aunque los defectos de tu obediencia son graves para Dios, tu sincero arrepentimiento le es grato: «Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios» (Sal. 51:17).- Pink

 El Espíritu Santo hace un excelente uso de tus debilidades y convierte tus fracasos en ventajas espirituales. Por esos mismos defectos, te humilla, somete tu justicia propia, te hace apreciar más profundamente las riquezas de la gracia gratuita y a valorar más la preciosa Sangre del Cordero. Por tus muchas caídas, te hace anhelar con más fervor el Cielo y gradualmente te reconcilia con la perspectiva de la muerte. «¡Oh, la bendita química del Cielo, para extraer tales misericordias de tales miserias, para hacer que broten dulces flores de tan amargas raíces! -J. Flavel

El Espíritu Santo, nuestro «Agente Santificador», continuamente nos da el «querer» y el poder para llevar a cabo ese deseo de una manera que agrade a nuestro Padre Celestial. ¡Entrégate diariamente al Espíritu Santo que mora en ti, para que puedas experimentar plenamente su deseo y poder de vivir una vida sobrenatural! Si no es así, te estás perdiendo lo mejor de Dios. Si es así ¡puedes tener la seguridad de que el Espíritu de Dios está trabajando en ti y perfeccionará Su obra que ha comenzado en ti hasta ese día glorioso!

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