
El que confía en sus riquezas, caerá, Proverbios 11:28
El oro fue creado para servicio del hombre, pero cuando lo convierte en el objeto de su suprema esperanza y confianza, invierte el orden divino y se hace su esclavo. Jesús no rechaza ni condena las riquezas ni a los ricos, Su advertencia se dirige a los que «confían en las riquezas» Mar.10:24. A los que tienen su amor y felicidad en ellas. 1 Tim 6:10. «Enseña a los ricos de este mundo, que no sean altivos ni confíen en riquezas inciertas, sino en Dios, que nos provee de Todo en abundancia para que lo disfrutemos». 1 Tim 6:17. Volvió Jesús a decir: Hijos, ¡cuán difícil les es entrar en el reino de Dios, ¡a los que «confían en las riquezas»! Mar.10:24
Las riquezas son de naturaleza decadente, y nunca fueron fieles a nadie, por tanto, el que en ellas confía, caerá en sus manos y en su poder, porque abandonando a Dios y no confiando en Él, no recibe ayuda de Él, ni en el lecho de enfermedad y muerte ni después de ella. El rico estando en tormentos en el Hades, necesitaba un consuelo que toda su riqueza terrenal no pudo comprar. Luc.16:22-23. El rico que se jactó de tener «muchos bienes guardados para muchos años», de repente cayó y murió. Luc. 12: 15-21 También lo hicieron Nabucodonosor, Belsasar, Herodes, etc… “Verán los justos, y temerán, y se reirán de él, diciendo: Miren al hombre que no hizo de Dios su refugio, sino que confió en la abundancia de sus riquezas y se mantuvo en su maldad» Sal. 52:6-7- John Trapp Una llave de oro no abrirá la puerta del cielo.
Hay cosas que las riquezas terrenales no pueden hacer. Perdonar el pecado ni dar la salvación se puede «obtener por oro ni se pesará plata por su precio». Un carácter sagrado “no se puede valorar con el oro de Ofir, no con el precioso ónice ni el zafiro. El oro y el cristal no pueden igualarlo; ni se cambiara por joyas de oro fino. » Job 28:16. El don del Espíritu Santo, ese «don de Dios», no se puede «comprar con dinero». «Tu dinero perezca contigo, porque has pensado que el don de Dios se obtiene con dinero». Hec. 8:20
Debemos poner nuestra confianza no en la consecución de cosas fugaces, sino en Dios que ama dar y ver felices a sus hijos. Dios bendice todo lo que tenemos, para que podamos ayudar y ser los canales de comunicación de Dios para otros. En el reino de Cristo, dar todo es conseguirlo todo. Lo que atesoramos lo perdemos, lo que regalamos lo almacenamos. La vida que en verdad es vida sólo puede adquirirse mediante el desapego terrenal y la entrega. -FB Meyer
Los cristianos tienen al SEÑOR Jesucristo como su raíz, y a Dios el Padre para que los vista y los guarde; por tanto, la sequía de la adversidad no los dañará, ni el rocío de la sana prosperidad les faltará. Tendrán seguridad para sus cuerpos, gracias para sus almas, y toda bendición para la gloria eterna.
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