
Tú encargaste que sean muy guardados tus mandamientos.¡Ojalá fuesen ordenados mis caminos para guardar tus estatutos! Salmo 119:4-5
Salmos 1 decía que la clave para conocer a Dios es el deleite en su Palabra. Siendo la ley, los decretos, y los mandamientos de Dios, su Palabra tiene completa autoridad y ha de obedecerse. Al ser los estatutos de Dios, es permanentemente relevante para todo tiempo y lugar, y hemos de confiar en ellos. Al ser sus preceptos, es su sabiduría consumada, de tal manera que lo que Dios exige encaja perfectamente con nuestras necesidades y naturaleza. Al ser sus caminos, no se trata de una serie de reglas abstractas, sino una expresión del carácter y naturaleza de Dios. Por tanto, conocer la Biblia no es un fin en sí mismo. La conocemos para buscarle a Él con todo nuestro corazón, para tener comunión con Dios. – Tim Keller
» La Sagrada Escritura es el libro de vida, cuyo origen es la esencia eterna y espiritual; escritura indeleble y digna de ser deseada; doctrina fácil, ciencia dulce y suave, profundidad inagotable, reunión de todas las verdades, cuyo conjunto forma una sola verdad; Cristo. La Sagrada Escritura es tan rica, tan preciosa, tan bien dirigida por el Espíritu Santo, que es propia de todos los lugares, de todos los tiempos y de todas las personas.
Ayuda a sobrellevar las dificultades, los peligros y las enfermedades; a ahuyentar los males, proporcionar los bienes, ahogar los errores, a practicar la piedad y, a huir del pecado. La Sagrada Escritura es el más perfecto de Todos los libros, la más cierta de todas las ciencias, la más augusta, la más eficaz, la más sabia, la más útil, la más sólida, la más necesaria, la más vasta y elevada. Es la única necesaria, porque es La Palabra de Dios. » Cornelio
Que la Palabra comparta nuestra vida, que nos acompañe a la cama y al trabajo, que conversemos con ella continuamente como si fuera un amigo íntimo o un familiar. La Biblia es una inquilina generosa, que paga espléndidamente por su alojamiento. Vale la pena que la recibamos con todo el corazón y que no la abandonemos ni por todo el oro del mundo. Pensemos en el amor que los santos han tenido por la Ley de Dios. Los piadosos han meditado en ella día y noche y la han estimado por encima de la miel más dulce y del oro más fino. Sal. 119:27 Algunos mártires dieron gran parte de sus posesiones por tener unas cuantas hojas de la Palabra y entregaron sus vidas antes de perder el fruto de ella. -George Swinnock
SEÑOR, ciertamente tu Palabra es una profunda mina de joyas ricas y exóticas, escondidas en las profundidades para todo el que busca allí. Dame la energía para estudiar tu Palabra, que proviene del profundo sentido de valor que encuentro allí. Gracias por mostrarme que la Biblia es la forma en que, por medio del Espíritu, Tú estás activo en mi vida. Haz que te conozca por medio de tu Palabra. Amén.-Tim Keller