
Entonces José abrió todos los graneros donde había trigo, y se lo vendía a los egipcios, porque el hambre arreciaba en la tierra de Egipto. Génesis 41:56
Durante los siete años de abundancia, José hizo que la quinta parte de todos los productos de cada distrito fuese atesorada; de modo que cada población almacenó trigo similar a un Banco de Alimentos. Al fin llegaron los años de hambre como José lo había dicho. Y hubo hambre en todos los países, Gén.41:54; Las provisiones de los egipcios pronto se agotaron; y cuando toda la tierra de Egipto sufría hambre, el pueblo clamó al Faraón diciendo: «¡Pan! ¡Pan! ¡Danos pan! Faraón respondió: «Vayan a ver a José, y hagan lo que él les diga….Y abrió José todos los depósitos, y vendió a los egipcios»
Cuando escucharon que los días de abundancia iban a ser siete años, sin duda muchos debieron sentirse tentados a decir a sus almas: «Tienes bastante acumulado para muchos años; descansa, come, bebe y diviértete”. Luc.12:19 Pero los días de abundancia tienen su fin y llegan los días de adversidad. Dios ha puesto a uno frente al otro. Las bendiciones surgen de nuestras aflicciones, y también las aflicciones surgen de nuestras bendiciones. Aunque un hombre vive muchos años en prosperidad y disfrutar en todos ellos; “Pero recuerde que los días de tinieblas también serán muchos». Ecle 11:7
Aprendemos de José que durante los años de abundancia guardó para los años de hambruna. Es decir, en épocas de abundancia, el cristiano debe planificar financieramente administrando el dinero y las bendiciones que Dios le da, ahorrando para la fase de crisis. La Palabra no nos dice que en épocas expansivas gastemos lo que ganamos despilfarrando y utilizando el crédito para disfrutar más aún el momento. Muchos caen en esa tentación y después en tiempos de crisis pierden parte de su riqueza por medio de embargos de sus casas, carros y otras posesiones.
José fue el salvador temporal de su país y de muchas naciones vecinas. Y nosotros tenemos un Salvador y Libertador de males mayores que los que cayeron sobre Egipto, Jesús, quien nos da no sólo el pan de esta vida, sino el vino, el aceite y el pan de la vida eterna. En Él habita toda plenitud, y a quien están invitados a ir sin dinero, todos los que perecen por falta del Pan de Vida.Isa.55:1 Si necesitamos alimento para nuestras almas, ¿a quién iremos? A Jesús, a quien Dios ha designado como el único dispensador de ese Pan que alimenta para vida eterna. -Bush ¡Precioso Jesús! ¡Tú eres en verdad el pan de vida y el pan de Dios, que descendió del cielo y da vida al mundo! ¡SEÑOR! dame siempre este pan! Jn 6: 32-34.