ENERO 15

  «Los justos prosperarán como la hoja verde». Proverbios 11:28 2a.Parte

Los justos son los que reciben la justificación, que es el don gratuito de Dios otorgado a quienes reciben por fe el sacrificio de Cristo. Rom.3:21-24. «Prosperar como hoja verde», es un emblema del progreso del alma. No podemos luchar contra el pecado por nosotros mismos, sino por la posesión del Poder del Espíritu que mora en nosotros, es así como logramos «vencer con el bien el mal «Rom.12:21, esto nos coloca en condición de vivir en el Espíritu y ser guiados por el mismo Espíritu, Rom. 8:12-14, para no satisfacer la obras de la carne Gal 5:16. Y prosperar como la hoja verde, porque estamos unidos al Árbol de la vida, Cristo.

El progreso para el creyente es la regla de su vida, «crece como la palmera» Sal.92:12, se eleva lo más lejos posible de la tierra y lo más cerca posible del cielo. Los afectos del cristiano verdadero están puestos «en las cosas de arriba» Col 3:2; su «ciudadanía está en el cielo» Fil 3:20. Nuestro SEÑOR se refirió a sí mismo como «el Hijo del Hombre que está en el cielo» Jn 3:13. Y sus seguidores no son de este mundo, como tampoco Él es del mundo. Jn 17.16

El alma piadosa crecerá y florecerá sin interrupción, a pesar de la opresión y la adversidad: “Será como árbol plantado junto a las aguas, que extiende sus raíces junto al río, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigara, ni dejará de dar fruto». Jer.17:8 Por la gracia de Dios las circunstancias más adversas promueven y ayudan en el verdadero crecimiento de nuestra alma. Así nos enriquecen por la pérdida, nos hacen fuertes y pacientes por la tribulación, y gozosos por el sufrimiento. Recuerda: Este crecimiento es gradual, somos propensos a la impaciencia, pero las cosas más grandes y mejores maduran poco a poco.- Longfellow

El creyente verdadero florece y da frutos de obediencia, pureza, amor y ayuda a los demás, paz, paciencia, bondad, dominio propio. «Aun en la vejez dará fruto» Sal.92:14. “En esto es glorificado mi Padre, en que lleven mucho fruto, y sean así mis discípulos» Jn.15:8. Las plantas mientras viven crecen, pero no son eternas. ¡Pero el crecimiento del alma no tiene fin! Viviremos y creceremos por siempre. Avanzaremos de gracia en gracia, de poder en poder, de gloria en gloria por los siglos de los siglos, este es nuestro destino. ¡Amen!


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