ENERO 28

 «Yo estoy contigo. Te guardaré por dondequiera que vayas» Génesis 28: 15

¡Qué aliento nos da esta promesa a cada hijo de Dios, cuando se nos recuerda tan enfáticamente que el SEÑOR Dios se preocupa por nosotros y vela por nosotros sin importar a dónde vayamos o lo que hagamos! ¡Qué gran consuelo es descubrir que Él estará siempre con nosotros y que ciertamente cumplirá cada promesa y compromiso que se ha propuesto para nosotros: “He aquí, yo estoy contigo y te guardaré dondequiera que vayas”, es la promesa de Dios a Su siervo Jacob, y no solo a él, sino también a todos los creyentes en todo el mundo.

Pero, con frecuencia fallamos en no ver el cuidado y fidelidad de Dios a diario, sobre todo cuando nos hallamos en gran dificultad, tendemos a olvidar esta promesa y otras similares, en las que el SEÑOR ha prometido estar con nosotros sin importar las circunstancias, porque no caminamos por vista y sino por Fe, como se nos ha recomendado en 2 Cor.5:7. Caminar por Fe es vivir con la expectativa segura de lo que está por venir; en la creencia de la existencia de realidades invisibles; y llamando las cosas que no son como si fueran Rom.4:17.

¿Necesitamos misericordias para el camino? Aquí tenemos unas muy especiales: La presencia de Dios y Su preservación. En cualquier lugar necesitamos ambas, y en cualquier lugar las tendremos si acudimos al llamado del deber y no vamos meramente siguiendo nuestra propia fantasía. En todas las tierras el creyente es igualmente un peregrino y un extranjero; y, sin embargo, en cualquier región el SEÑOR es la morada del creyente, como lo ha sido para todos Sus santos en todas las generaciones.

Podríamos echar de menos la protección de un monarca terrenal, pero cuando Dios dice: “te guardaré”, no estamos expuestos a ningún peligro real. Este es un bendito pasaporte para un viajero, y una escolta celestial para un emigrante. Jacob no había abandonado nunca antes su hogar paterno: había estado siempre bajo la protección de la madre, y no había sido un aventurero como su hermano. Sin embargo, se fue lejos, y Dios fue con él. Llevaba poco equipaje, y no contaba con ayudantes; sin embargo, ningún príncipe viajó jamás con un protector personal más noble. Aun cuando dormía al aire libre, los ángeles lo cuidaban, y el SEÑOR Dios le habló: “Yo estoy contigo, y te guardaré por dondequiera que vayas.” -C.Spurgeon

********************************************************

Deja un comentario