
«El SEÑOR protege a los extranjeros, sostiene al huérfano y a la viuda, Pero frustra el camino de los malvados». Salmo 146:9
El amor de Dios lo lleva no solo a proteger a los justos, sino también a prestar su ayuda especial a los más vulnerables y débiles: «El extranjero, el huérfano y la viuda»; los cuida y defiende de los peligros. ¡Cuán hermoso es esto! Nuestro Dios cuida de todos los que se ven privados de apoyo terreno, de esperanza y protección humana. Todos ellos pueden apoyarse en Él de manera especial. A causa de su amor, responderá a sus necesidades.
«Protege al extranjero». Actualmente muchos emigran de sus países de origen huyendo de conflictos y buscando mejores oportunidades. Lejos de su país, de su casa y amigos, estan expuestos a ofensas, discriminación, persecución, explotación laboral. Sintiéndose solo, en angustia, sin nadie a quien acudir, el extranjero puede encontrar en Dios fortaleza, protección y sustento. Pero es necesario que lo conozca y confíe en Él para poder acudir a Su cuidado: «En ti confiarán los que conocen tu Nombre, por cuanto tú, oh SEÑOR, no desamparaste a los que te buscaron» Sal.9:10
«Al huérfano y a la viuda sostiene». El Dios de los cielos, el Grande, el Magnífico, el Temible, tiene un corazón repleto de amor a favor de la viuda y del huérfano, desamparados, privados de todo apoyo natural. Dios piensa y cuida de ellos de manera muy especial; tienen derecho a su amor y a su protección. «Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada», Sal.68:5. Por tanto, ¡Que tengan mucho cuidado los que cometen abusos en contra de estos grupos marginados! Porque advierte el SEÑOR: “Maldito sea el que cometa una injusticia con un extranjero, una viuda o un huérfano.” Deut. 27:19.
¡Qué maravilloso cuidado de Dios para las viudas y los huérfanos! ¡Cuántas viudas hay más felices que cuando tenían a sus maridos! ¡Cuántos huérfanos están mejor cuidados que cuando tenían a sus padres! En verdad pueden decir: «Aunque padre y madre me abandonen, El SEÑOR me recogerá.» Sal.27:10. Algunos padres y esposos son tan crueles y malvados que más valdría no tenerlos. Dios nunca desampara a los que en Él confían, es siempre fiel. Que todas las viudas y todos los huérfanos recuerden esto para consuelo, confortamiento y aliento. -C.Mackintosh
«Frustra el camino de los malvados». Sí, Dios ama al extranjero, al huérfano y a la viuda, pero no nos engañemos, para estos y todo el que hace lo malo, El SEÑOR trastorna sus planes, sus actos por astutos y excelentes que sean en la planificación, aunque abunden en recursos de todo tipo; Dios anulará todas sus expectativas y hará que su camino sea torcido, lleno de infortunios y problemas en lugar de próspero y seguro. Todo le sale mal al que hace mal; «de Dios nadie se burla: «Todo lo que el hombre siembre, eso mismo también cosechará» Gál.6:7.
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