ENERO 25

«Y a Aquel que es poderoso para guardarlos sin caída, y presentarlos sin mancha en presencia de Su gloria con gran alegría,» Judas 1:24

El SEÑOR es poderoso para guardarnos sin caída de errores de doctrina. Hay hombres y mujeres que andan por este mundo, con lenguas suaves y argumentos plausibles, que llevan palabras melosas en sus labios, que se infiltran encubiertamente, impíos que convierten la gracia de nuestro Dios en libertinaje, y niegan a nuestro único Soberano y Señor, Jesucristo Jud.1:4, burladores que vivirán de acuerdo con sus propios malos deseos,2 Ped.3:3. Bienaventurados los que son preservados de los lobos rapaces disfrazados de ovejas. SEÑOR, sólo Tú puedes guardarnos de los errores perniciosos de estos tiempos, porque Tú eres “el único y sabio Dios, nuestro Salvador”.

Ten presente, tu mismo celo por la verdad puede llevarte a olvidar el amor cristiano; puedes volverte un fanatico extremista religioso, soberbio, que en nombre de la verdad dañas, hieres, insultas, y te involucras en contiendas que no sirven y perjudican a los oyentes. 2 Tim.2:14  aunque tengas todo el conocimiento de nada te aprovechará, si no tienes el amor de Dios serás solo un metal que resuena o un platillo que hace ruido.1 Cor.13:1 ¡Oh SEÑOR, líbranos de caer en este camino!

El SEÑOR es poderoso para guardarnos del pecado. Algunas personas piensan que, si cambian de lugar o de situación, podrían guardarse de caer en pecado, pero están equivocadas.  Ni el lugar ni la gente, ni los modales ni las costumbres lo pueden impedir; sólo Dios puede hacerlo. En cualquier posición que el hombre ocupe, encontrará tentaciones. Ningún hombre puede guardarse a sí mismo; sin la gracia de Dios fracasará. Y no olvidemos que cuando llega la prueba, aunque apenas sabíamos por qué, y hemos avanzado y nos mantenemos firmes, es porque Dios nos ha guardado de caer mediante el problema que nos envió.

El SEÑOR por Su Espíritu habitando en nosotros, nos enseña a odiar el pecado y a amar la justicia, y así somos guardados diariamente de caer. Nos guarda enseñándonos que el lugar seguro está en la obediencia a la Palabra de Dios, la sencillez de corazón y la santa vigilancia. Cuando los cristianos hablan de estar en un lugar donde no necesitan vigilar, corren un gran peligro. Caminemos en íntima y santa confianza, pero en humilde vigilancia, y Él guardará nuestros pies de caída.  -C.Spurgeon Cristo puede guardarnos, y cuando por fin seamos presentados por Él al Padre, nos daremos cuenta de cuánto le debemos.

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