DICIEMBRE 17

«Sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán»; Marcos 16:18

Anhelo ese poder sobrenatural para salvar y bendecir. Lo que necesita el mundo no es conocimiento, no son discursos elocuentes ni el valor y los logros propios de una disciplina militar. Tampoco es el entretenimiento y el placer.

Más que cualquier otra cosa, el mundo necesita sanidad. Más que cualquier otra cosa, clama por un médico. Existen enfermedades peores y más profundas que los males del cuerpo. Las punzadas en la conciencia, los corazones muertos, los errores de la vida, la ceguera que no puede ver la presencia de Dios y la sordera a su voz. También está la parálisis de nuestras energías en su servicio. El ardiente fuego de pasión que consume el alma. La lepra interna y oculta que corrompe toda nuestra naturaleza.

 Muchos a mi alrededor tienen estas mortales enfermedades. Que Jesús cumpla con sus dulces obras de restauración, no solo a través de su Palabra escrita y su todopoderoso Espíritu, sino también a través de mí. Que el recordar lo que Cristo ha hecho por mí, la calma, la satisfacción, las fuerzas las esperanzas que han venido del cielo y que ha impartido a mi vida, me impulse a llevar a algunos corazones cansados a Él.

Y que mis labios, como los de mi Maestro, dejen caer aceite y bálsamo en las almas profundamente heridas. Buscaré la gracia para vivir y hablar de tal forma que, cuando ponga las manos sobre los enfermos, ellos sanen.  -Alexander Smellie

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