DICIEMBRE 1

«Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será considerado grande en el reino de los cielos.» Mateo 5:19

Mucha gente tiene cuidado de quebrantar grandes mandamientos y cometer pecados atroces, mientras que cometen «pequeños pecados» continuamente y sin escrúpulos. No dicen una mentira directa por nada del mundo, ¡pero su discurso está lleno de pequeñas falsedades! No tratan deliberadamente de ensuciar el nombre de un vecino y sin embargo repiten a otros los rumores malignos que han oído acerca de él, y así ensucian su reputación. No cometen flagrantes actos de maldad para deshonrarse a sí mismos, pero sus vidas están plagadas de toda clase de pequeñas mezquindades, impurezas, egoísmos y mal genio.

No debe entenderse como si un mandamiento fuera menos necesario para ser obedecido que otro; Los mandamientos de Dios son todos igualmente necesarios. Los pequeños pecados pronto adquieren  proporciones gigantescas, con terribles consecuencias. ¡La fuga goteante en el dique se convierte en un torrente que inunda vastas llanuras! Nos recuerda Santiago: «Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero falla en un punto, se ha hecho culpable de todos.» St 2: 10- JR Miller

Hablar en nombre de Cristo y sus enseñanzas sin aplicarlas y no seguir el camino de Cristo y enseñar a otros a hacer lo mismo, es traicionar el nombre divino y abandonar el camino de la salvación; Hipócritas, ¿como escaparán de la condenación del infierno? Mat.23:33. Podrán ser salvos si se arrepienten de corazón, » pero así como pasados por fuego” 1 Cor. 3:15, y serán considerados los más pequeños en el Reino de los cielos. Porque el mismo SEÑOR enseña y declara que el hombre que guarda sus mandamientos entrará en la vida Mat 19:17. Que el que escucha Sus palabras y las pone en práctica es sabio Mt 7:24, que quien enseña Sus palabras, lucha fervientemente por la fe y conforma su vida según ellas, «será llamado grande en el reino de los cielos».

  Por tanto, toda predicación buena y saludable no aprovechará al predicador si la palabra que sale de su boca no se convierte luego en actos. Al respecto Jesús nos recomienda: «De modo que hagan y observen todo lo que les digan; pero no hagan conforme a sus obras, porque ellos dicen y no hacen» Mat.23:3. Oh, que Dios te haga sincero, asegúrate de trabajar en esto, escuchar lo que Dios dice y aplicarlo. Que Dios te dé la verdadera gracia y la verdadera fe, y que todos nos encontremos en el cielo. Esta es nuestra oración ferviente, por Jesucristo nuestro SEÑOR. Amén.- C.Spurgeon

****************************

Deja un comentario