SEPTIEMBRE 6


«Sabiendo que la prueba de su Fe produce paciencia», Santiago 1:3

Cuando Santiago escribió este verso, eran tiempos llenos de pruebas severas. Cada creyente tuvo que enfrentar la ignominia, la pérdida y la muerte por su testimonio de Jesús y Su poder salvador. Pero Santiago anima a estas almas agobiadas por los inmensos beneficios que se acumularían, más especialmente en la adquisición de paciencia. Mientras que la paciencia llega casi al límite, Dios está desarrollando nuestro carácter con perfecta belleza, de modo que nos está moldeando a su imagen. -FB Meyer

La Fe se prueba cuando nos hallamos en «diversas pruebas». Sant.1:2 Un cristiano no puede vivir sin el maná ni sin la vara. Los dos deben ir juntos. Las tribulaciones santificadas obran la prueba de nuestra fe, y esta es más preciosa el oro que perece, aunque sea probado por el fuego. -Spurgeon La fe es la gracia primaria y radical del carácter cristiano. De ella, como raíz, brotan todas las demás; sobre él, como cimiento, se construyen todos los demás. Es el gran principio de la nueva vida, que crece a medida que crece y declina a medida que declina.

La angustia, la prueba y la tentación, enseñan al alma a conocerse a sí misma y a su propia debilidad, la despierta cuando está aletargada, la humilla cuando se enaltece, fortalece el hombre interior, ablanda el corazón, corta las ofensas, guarda las virtudes. Sin embargo, esos problemas más graves no solo son canales de la gracia de Dios para el alma, sino que incluso la tentación cuando el alma la odia, la purifica. Entonces, después de la prueba o en la tentación, Dios te consolará. Como cuando en la tierra nuestro SEÑOR llamó a Sus discípulos a descansar un rato, después de un tiempo, si soportas, te dará descanso, o por la misma prueba te protegerá de una prueba mayor. EB Pusey

“Obra paciencia”,esto es, perseverancia, que es más que sumisión tranquila a la voluntad divina, constancia en el hacer de esa voluntad, un aferrarse y seguir adelante a pesar de los sufrimientos. Los cristianos más probados son los más fuertes. Esa paciencia acepta la prueba como de parte Dios sin murmuración, con humildad y contentamiento con los tratos de Dios. Soporta los malos tratos, las calumnias y las heridas sin resentimiento. Aunque las siente profundamente las acepta dócilmente. Y en la medida en que crece como el SEÑOR Jesús, deja un lado la perturbación de la mente y la furia del espíritu. Es una gran clase de paciencia, cuando podemos esperar sin incredulidad.- Spurgeon

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