Padre.... quiero.... que vean mi gloria" Juan 17:24
El punto culminante de todas las peticiones que Cristo hace a favor de sus discípulos (Juan 17), es que vean Su gloria. Entonces yo afirmo que uno de los beneficios más grandes para el creyente, en este mundo y en el venidero, es la consideración de la gloria de Cristo. Nuestro Sumo Sacerdote, Jesucristo, habiéndose ofrecido por nuestros pecados, entró en el cielo con el dulce aroma de sus oraciones a favor de los creyentes. Su deseo eterno por nuestra salvación es manifiesto aquí: "Padre... quiero... que vean mi gloria". ¡La gloria de Cristo es acceso sin obstáculos al Padre celestial! Por medio de “el resplandor del Evangelio de la gloria de Cristo.” 2Cor.4.4 Cristo es el brillo del Padre, La luz del Evangelio es intensa, y esa luz es proyectada directamente en los que creen en Él.
Vemos la gloria de Cristo en su auto humillación, ¡al tomar nuestra naturaleza con el fin de llevarnos a Dios! Fil.2:8, el quien fue el Señor y Dueño de todo, llegó a ser el siervo más humilde, en su amor; "En esto hemos conocido el amor de Dios, en que él puso su vida por nosotros"; 1 Jn.3:16, en su obediencia Rom.5:19. El, quien hizo el cielo, el SEÑOR de todo, vivió en el mundo no teniendo ninguna reputación ni gloria terrenal, más bien se obligó a obedecer toda hasta la muerte y muerte en la Cruz. Fil.2:8
En esta vida al contemplar la gloria de Cristo, somos transformados en su semejanza 2 Cor.3:18. En la vida venidera, seremos semejantes a Él porque le veremos tal como Él es 1Jn.3:2. Este conocimiento de Cristo es en forma continua, la vida y la recompensa para nuestras almas. Aquel que ha visto a Cristo, ha visto al Padre; la luz del conocimiento de la gloria de Dios es vista solamente en la faz de Jesucristo Jn.l4:9 y 2 Cor.4:6. En la vida venidera, ningún hombre verá la gloria de Cristo, a menos que la haya visto por la fe en esta vida. Algunos piensan que solo verán la gloria de Cristo en el cielo, están equivocados. Los apóstoles vieron esta gloria por medio del entendimiento de la fe espiritual, al ver su "gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad" Jn.l:14, fe en lo que hizo y lo que habló, "le recibieron y creyeron en Su nombre" Jn.1:12.
Una meditación habitual en la gloria de Cristo, traerá paz a nuestras mentes y satisfacción a nuestras almas, que tan frecuentemente se llenan de temor y de preocupaciones. "Pero el ocuparse del espíritu es vida y paz." Rom.8:6. Las cosas de esta vida, en comparación con el gran valor y la hermosura de Cristo, son menos que nada, como Pablo dijo: "Y ciertamente, aún estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo, mi SEÑOR" Fil.3:8. El conocimiento de la gloria de Cristo, es la fuente de la bienaventuranza eterna.
Si queremos tener una fe más activa y un amor más grande por Cristo, debemos buscar el tener un deseo más grande por ver Su gloria en esta vida. Esto hará que las cosas de este mundo se vuelvan cada vez menos atractivas, hasta que lleguen a ser indeseables. No podemos esperar ver la gloria de Cristo en el cielo si nuestro afán ha sido solo buscar las cosas terrenales. Si estuviésemos más persuadidos de esto, pensaríamos más en las cosas celestiales de lo que normalmente lo hacemos. Solo el entendimiento que nos viene por medio de la Fe nos dará una idea verdadera de la gloria de Cristo y creará en nosotros el deseo por disfrutarla plenamente en el cielo. - John Owen