OCTUBRE 28

"Verás a los malvados recibir su merecido". Salmo 91:8

No podemos esperar vivir sin consecuencias si nos alejamos de los caminos de Dios y de Su justicia. Dios es un Dios justo que recompensa la bondad y castiga la maldad. Cuando vemos la injusticia y el mal en el mundo, es fácil sentirse desanimado y confundido. Sin embargo, este verso nos recuerda que Dios ve todo y que su justicia será hecha. El justo verá con sus ojos la recompensa de los malvados, pero él no experimentará sus aflicciones ni sus dolores. Considera como Abraham vio el humo que ascendía desde Sodoma y Gomorra, pero los fuegos nunca lo tocaron. Aquellos que han violado los mandamientos divinos recibirán su merecido.


Dios controla completamente a los malvados y hace que sus planes astutos y maliciosos resulten en su propia derrota y ruina, Él puede dar giros inesperados, crear circunstancias en Su divina Providencia cuando todo "parece perdido". El pueblo de Israel atravesó el Mar Rojo en tierra firme, vieron cómo el Faraón y su ejército que los perseguían para destruirlos fueron echados al fondo del mar y consumidos. Entonces Moisés dirigió el cántico de victoria, y Miriam su hermana y las mujeres gritaron de alegría (Éxodo 15).

Mardoqueo y Ester vieron la recompensa del malvado Amán, cuando preparó la horca para Mordoqueo, llevado por el odio, resentimiento y la amargura de su corazón, pero quien fue enviado a la horca fue él. El plan de Amán se revirtió totalmente contra él, Dios desbarató su plan. Como dijo David: "Ante mí han tendido una trampa, y me siento totalmente abatido. Han cavado una fosa delante de mí, pero serán ellos los que caigan en ella" Sal. 57:6. ¡Cuán poco pueden los hombres orgullosos y malvados estar seguros de la seguridad que creen tener! Los enemigos de los hijos de Dios, serán tomados en su propia astucia.


La prosperidad de los impíos es corta; el triunfo de los impíos es sólo por un momento. “Vi al impío sumamente enaltecido, Y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó, y aquí ya no estaba; Lo busqué, y no lo encontré”. Sal.37:35-36 Lo mismo hizo el SEÑOR con Goliat, Ahitofel, Absalón, Senaquerib. Dios en Su providencia libera y exalta al oprimido y destruye al opresor. Entonces, que los pecadores vengan al SEÑOR en su propiciatorio, a través del Poderoso Nombre del Redentor, Cristo; y animen a otros a confiar en Él también. ¡Oh, la severidad de la justicia divina! ¡Oh, la naturaleza venenosa y maliciosa y los efectos del pecado de los hombres! Sí, verás a los malvados recibir su merecido.