“El que cava foso caerá en él; y al que revuelve la piedra, sobre él le volverá.” Proverbios 26:27
Hay una providencia divina dominante ordenando todas las cosas para el bien de sus hijos: El bien o mal que es hecho en este mundo, es retornado sobre quienes traen el bien o el mal. La Providencia de Dios saca a la luz los hechos oscuros. Todo pecado será un día despojado de su máscara y descubierto en toda su maldad. Ha cavado un pozo muy profundo, y en ese mismo pozo caerá. ¡Su maldad y su violencia caerán sobre su propia cabeza! Sal.7:15-16 Existen varias confirmaciones de esta ley de la providencia de Dios en las Escrituras:
Cuando faraón ordenó matar a todos los niños recién nacidos de Israel, las parteras de ellos rehusaron obedecer su mandato. Por esto, Dios les trató bien a ellas (Ex.1:21). Rahab ocultó a los espías enviados a Jericó, y fue salvada cuando toda la gente de la ciudad fue destruida (Jos.6:25). La mujer sunamita fue bondadosa para con el profeta Eliseo proporcionándole un cuarto para su hospedaje y Dios le bendijo con un hijo. (2 Rey.4:9-17)
Publio, el principal de la isla de Malta, dio hospedaje a Pablo después del naufragio y el SEÑOR de inmediato le devolvió el pago sanando a su padre de una enfermedad. (Hech.28:7- 8) En la misma manera, los males hechos contra el pueblo de Dios han sido devueltos a sus enemigos. Como ya hemos visto, fue el propósito del faraón destruir a los hijos inocentes del pueblo de Israel. Dios le pagó su mal, matando a todos los primogénitos de Egipto en una sola noche. (Ex.12:29)
Balac rey de Moab, al intentar maldecir a Israel, cayó bajo la maldición de Dios. Amán hizo una gran horca para colgar a Mardoqueo, pero Dios ordenó que Amán y sus diez hijos fueran colgados en ella. (Est.7:10) Ahitofel hizo un complot contra el rey David y dio su consejo para derrocar a David. Este mismo consejo provocó su propia ruina. (2 Sam.17:23). ”Los enemigos de Daniel fueron devorados por la ruina que tramaron contra él.
Herodes temiendo que su poder se viera desplazado por la venida de Jesús, anunciada por los profetas, ordenó matar a los niños menores de dos años, Mat.2:16, cayó enfermo y murió comido por los gusanos Hech. 12:23. Algunas veces el pago del mal ha sido muy exacto. Cuando Nabot fue muerto, se le dijo a Acab :“En el mismo lugar donde lamieron los perros la sangre de Nabot, los perros lamerán también tu sangre, la tuya misma.” Aprendemos que en sus juicios, Dios ordena que las personas cosechen lo que siembran; Gál.6:7 Dios las trata de la misma manera que ellas han tratado. No olvidemos que los que hieren y lastiman a otros con palabras hirientes y actos traicioneros, ellos son los que más sufren.-John Flavel