Les aseguro que ustedes me buscan no porque han visto señales, sino porque les di de comer. Juan 6:26
Aquí Jesús corrige y expone la superficialidad y motivos falsos de aquellos que lo seguían por el interés de que sus necesidades sean suplidas. Lo buscaron por el alimento terrenal y temporal; esperando vivir felices y cómodos en este mundo. Jesús nutrió sus cuerpos de manera milagrosa, para que buscaran el alimento que permanece y que puede nutrir sus almas: Aceptandolo como el único Salvador, rindiéndose ante Él para ser enseñados y gobernados por Él, y bajo su guía, aspirar al reino celestial. ¡Cuán esencial es alimentarse espiritualmente de Cristo! ¡Oh! ¡Qué dulce vida de fe, mirar así a Cristo y saber que Él es el pan de vida! Sentir un anhelo diario por Él, hambre por Él con vivo apetito.
Esto es lo que ocurre con el cristianismo popular de hoy, tiene como uno de sus temas más eficaces la idea de que Cristo vino para que tengamos éxito, riquezas y fama en este mundo. Quien busque a Cristo como un medio para alcanzar sus propios fines deseados, no lo encontrará. La mayoría de los hombres están dispuestos a recibir el bien temporal de Sus manos; pero muy pocos están dispuestos a llevar la Cruz, y transitar por la senda estrecha que lleva al cielo, Mat.7:13-14. Al buscar a Cristo, por lo tanto, el punto principal es buscar primero el Reino de Dios y su Justicia y como resultado; Todas las cosas esenciales para nuestro sustento nos serán añadidas. Mat.6:32-33
Si queremos poner esto en práctica, con la ayuda de Dios y su Santo Espíritu, hagamos nuestra la palabra del apóstol Pablo: "Si tenemos qué comer y qué vestir, con eso estaremos satisfechos". Si deseamos más bienes terrestres de los que necesitamos, "queriendo enriquecernos", caemos en la tentación de volvernos esclavos de muchos deseos necios y peligrosos que hunden a los hombres en la ruina y la perdición. 1Tm 6:8-9. Se digne, el SEÑOR, tomarnos bajo su protección y nos libre de esta tentación.
Los que aman a Jesús, por el mismo, y no por algún interés propio, lo bendicen en toda escasez, en angustia, tanto como en tiempo de abundancia y consolación. Siempre le alaban y le dan gracias. ¡Oh! ¡Cuánto puede el amor puro de Jesús sin mezcla del propio provecho o interés!
Que el SEÑOR nos conceda despojarnos de todo interés, codicia, orgullo y amor por el mundo, que todos nuestros afectos estén puestos en Él y así podamos decir con el salmista: "¿A quién tengo yo en los cielos sino a Ti? Fuera de Ti, nada deseo en la tierra." Sal.73:25. Una unión y amor así por Cristo da permanencia eterna con Él y la bendición en Él y estaremos satisfechos. Él es la fuente constante y desbordante de vida, luz, paz, felicidad y gloria para todo creyente, con el tiempo y por toda la eternidad. ¡Oh! Precioso Jesús, hazme ver que siempre estoy contigo, y que me tomas de la mano derecha.