AGOSTO 26

No seas vencido por el mal, VENCE CON EL BIEN EL MAL. ROMANOS 12:21

Pablo escribe que no debemos vengarnos, porque la venganza es algo que corresponde a Dios: No tomen venganza ustedes mismos, sino den lugar a la ira de Dios, porque escrito está: "Mía es la venganza, yo pagaré", Rom.12:19. "El que se venga a sí mismo recibe en su propio corazón todas las malas y vergonzosas pasiones por las que su enemigo se vuelve miserable y despreciable. Hay la voz de la razón eterna en "No tomen venganza...venzan el mal con el bien". Tomás de Aquino La tendencia humana es defenderse y responder de la misma manera en que se nos habla cuando alguien se nos opone, vengarse, amenazar, responder, justificarse, criticar, juzgar y buscar apoyo en otros. Reaccionar así es tratar de vencer con el mal el mal. ¡No fuimos llamados a ser vencidos por el mal, sino a vencer con el bien el mal!


Jesús venció este tipo de tentaciones, y nos abrió la posibilidad para que también hagamos lo mismo. “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.” 1 Ped. 2:23. Él no permitió que sus sentimientos y pensamientos o su propia voluntad lo dominaran, el hacer la voluntad del Padre fue su alimento. Jn 4:34 Puede ser realmente difícil no reaccionar impulsivamente. Debemos "ser tardos para hablar, para airarnos, pero prontos para oír, recibiendo con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvarnos de nuestras reacciones anímicas, Sant. 1:19-22. Sigamos el ejemplo de Jesús siendo mansos, humildes y obedientes. "El que se humilla será exaltado, pero el que se exalta será humillado". Luc.14:11

Pablo testificó que estaba atribulado en todo, perseguido y derribado, pero siempre llevaba en el cuerpo la muerte de Jesús, así Su imagen se reflejaba en sus acciones y palabras. 2 Cor. 4:8-11 ¡Esto es lo que significa realmente vencer con el bien, el mal! ¡Es entonces cuando sembramos paz en lugar de angustia y conflicto! ¡Y no solo eso, sino que el mal en nuestra propia naturaleza, esas pasiones y deseos que surgen de nuestra carne, son vencidas con el bien! Entonces, los frutos del Espíritu se manifiestan en nosotros! Cuando nos tratan injustamente podemos acudir al trono de la gracia para pedir ayuda y responder con paciencia, misericordia, generosidad, compasión, bondad y amor. Esto tiene un efecto mucho mejor en aquellos con los que tratamos que las reacciones de nuestra carne.


El cristiano herido por otro, debe esforzarse por pagar bien por mal, maldición con bendición y oración. Así el espíritu malo que domina al otro será desarmado. Es el caso de Saúl, quien estaba celoso de David, porque temía que le robara el trono, e intentó matarlo. David tuvo la intención de matar a Saúl, pero resolvió pagar bien por mal, cuando tuvo la oportunidad de matarlo, dijo: "No alzaré mi mano contra ti.... Que el SEÑOR me vengue de ti, que Él apoye mi justa causa y me proteja de ti",1Sam. 24:13-15. Entonces Saúl quedó desarmado y dijo: "Hoy me has demostrado que tú buscas mi bien.... No hay nadie que, al encontrar a su enemigo, lo deje ir sano y salvo. ¡Que el SEÑOR te recompense con bien lo que hoy has hecho conmigo! 1Sam.18-19. No seas vencido de lo malo, vence con el bien el mal.


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