AGOSTO 19


Y Él dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque como príncipe has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Génesis 32:28

La oración a solas es como una puerta al cielo. Grandes son las cosas que la oración secreta ha logrado con Dios, y muy grandes las misericordias que ha obtenido. También ha desviado muchas amenazas. Las oraciones privadas perforan los cielos y es común ver que son bendecidas y cargadas con respuestas llenas de gracia y gloria. ¡Qué poder se atribuye a la oración en este episodio de la vida de Jacob!

Jacob prevaleció y se convirtió en un príncipe al luchar solo con Dios. Huyó hacia Dios para no caer ante su hermano Esaú. En una tormenta no existe mejor refugio que las alas de Dios. Quien se coloca bajo la protección divina es el más sabio, el más seguro y feliz. Jacob se mantuvo aferrado y habló audazmente ante el rostro de Dios mismo en una oración a solas. Esta oración tiene una especie de omnipotencia, por así decirlo, retiene a Dios como un prisionero, atando las manos del Altísimo. Jacob dijo: ¡No te soltaré hasta que me bendigas! Gén.32:26 Sacando la misericordia y la bendición de las mismas manos del cielo.

¡Qué poder tiene esa oración que hace que un ser humano sea victorioso sobre el poder más grande y más alto que existe! Jacob, aunque era un hombre considerado un gusano, fácil de aplastar y pisotear, Isa. 41:14. Sin embargo, en su oración a solas venció al Dios omnipotente. Como un príncipe, superó en poder al ángel por el poder mismo que recibía de él. El ángel estaba libre y completamente dispuesto a ser vencido por Jacob, tanto como Jacob quería ser vencedor.

El padre, al luchar con su hijo, está inclinado al bienestar de su hijo, y a darle aliento para que pueda soportar caídas de vez en cuando. En esta bendita historia, como en un espejo, puedes ver el gran poder para prevalecer que tiene la oración a solas. En el secreto está el poder con Dios, los que oran así, por la fe han sido elevados al excelso rango de príncipes con Dios. "Porque como príncipe has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido". -Thomas Books Jacob fue sincero, no deseaba presentarse ante Dios mejor de lo que realmente era. Confesó sus pecados, reconoció que tenía temor de Esaú. Y creyó la palabra que el SEÑOR había hablado; Tú has dicho: "Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar", Gén.32:12. -DC Krummacher.

No será vana la petición de los que buscan a Dios en secreto, para que no entren distracciones que alejan el alma de Dios, confían a Él sus necesidades y piden su ayuda. Allí donde ningún ojo puede ver ni oído oír sino sólo Dios, allí expresamos nuestros deseos y anhelos más íntimos, al Padre de compasión infinita; en la tranquilidad y el silencio del alma, es preservada la paz del espíritu bajo todas las circunstancias. Allí escuchamos su voz, a quien nunca deja de responder al clamor de la necesidad humana, hablará a nuestro corazón, y jamás dejará defraudado al que se acerque a Él: "Los que miraron a ÉL fueron alumbrados, y sus rostros no fueron avergonzados”. Sal.34:5

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