JUNIO 21

"Porque Mis pensamientos no son los pensamientos de ustedes, Ni sus caminos son Mis caminos". Isaías 55:8

Mis pensamientos no son tus pensamientos. Aunque el hombre está hecho a imagen de Dios Gen.1:2, la naturaleza de Dios en todos los sentidos trasciende infinitamente la del hombre. La Providencia es tan sublime que no la comprendemos; es tan buena que nos llenamos de asombro al ver desplegados sus designios. Con todo, nunca hemos conocido ni la mitad de los beneficios ocultos que Él obra a favor nuestro. No nos imaginamos ni siquiera la décima parte del bien que Él nos reserva.

En ocasiones hemos experimentado el lado oscuro de la providencia, y nos hemos afligido bajo su gélida sombra; sí, y tal vez hasta nos hayamos rebelado contra ella; y, con todo, en aquel preciso momento los propósitos del SEÑOR han sido divinamente ricos para con nosotros, y la noche ha sido la más selecta temporada de bendición. Caminamos en las partes bajas y miramos asombrados a lo alto, estamos seguros de estar a salvo bajo el sublime poder que todo lo cubre, pero tenemos igual certeza de que la experiencia más prolongada y el pensamiento más profundo nunca medirán la altura de los pensamientos y de los caminos del Eterno.- C Spurgeon

Sus pensamientos y caminos son más altos que los nuestros en cuanto a su gracia perdonadora. En esto SEÑOR de amor ha rebasado por completo nuestros pensamientos. A los hombres les cuesta perdonar a quienes los han ofendido; Dios puede perdonar, y "perdona abundantemente". Nada supera a la gracia perdonadora de Dios en Cristo, en comparación con la culpa del hombre, la plenitud de su gracia es vista cuando Dios arroja Todos nuestros pecados en las profundidades del mar de la sangre de Cristo; Miq. 7:18.

Las misericordias de Dios en Cristo son seguras. No solo estamos a salvo para siempre, sino que se nos proporciona contra todo deseo. Somos bendecidos con todas las bendiciones espirituales en Cristo, Efe. 1:3. Jesús conduce de la muerte a la vida; de la derrota a la victoria; del sufrimiento a la perfección; del dolor de la disciplina al triunfo de los hijos de la luz. Y debido a que los pensamientos y los caminos de Dios no son como los nuestros, el resultado es la transformación de las espinas en cipreses y las ortigas en mirtos.-FB Meyer

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