"....A nosotros se nos ha anunciado las buenas nuevas, como también a ellos. Pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron." Hebreos 4:2
La Palabra debe ser mezclada con Fe. Hay muchos medicamentos que no tienen ningún valor hasta que se mezclan con otra cosa; y la palabra predicada no tiene ningún valor a un alma hasta que se mezcla con fe en los que la escuchan.- Spurgeon
A la generación de Israel que pereció en el desierto, no le faltó el mensaje de "buenas nuevas". Les fue predicado y lo escucharon, pero fue en vano. Su fracaso resultó de una incredulidad que se produjo por no escuchar la palabra de Dios con Fe. Sin embargo, el propósito de Dios permanece, y viendo que algunos han fallado, la oferta se repite, esta vez a través por medio de Jesucristo, por tanto tengamos puesta nuestra mirada, nuestra mente y nuestro corazón en el autor y consumador de la Fe. Heb.12:2 Por tanto, volvámonos a Él para que sean borrados nuestros pecados; de modo que de Su presencia vengan tiempos de refrigerio" Hechos 3:19
¿Por qué no tomamos posesión de lo que nos pertenece como cristianos, de la herencia espiritual y celestial que Cristo ha adquirido para nosotros y en la cual Él ha entrado como nuestro precursor? Una sola palabra define este obstáculo: ¡Incredulidad! La Palabra inspirada declara acerca de Israel que "no pudieron entrar (en Canaán) a causa de su incredulidad" Heb. 3:19. Así ocurre con nosotros. Debido a nuestra incredulidad no podemos entrar en nuestra herencia celestial, es decir, no podemos tomar posesión, en la práctica, de nuestra real porción. No podemos avanzar día a día como un pueblo celestial que no tiene ningún nombre, ninguna porción en la tierra, que nada tiene que ver con el mundo, sino el atravesarlo como extranjeros y peregrinos que siguen las huellas de Aquel que nos precedió y que ha ocupado ya su lugar en los cielos.
Como la fe tiene poco poder en nosotros, las cosas visibles y pasajeras de este mundo tienen mayor poder en nuestros corazones que aquellas que no se ven. ¡Que el Espíritu Santo quiera fortalecer nuestra fe, comunicar energía a nuestras almas y guiarnos en todo para que se nos vea no solo hablando del cielo, sino viviendo la vida del cielo, para alabanza de Aquel que nos ha llamado a ello por su gracia infinita! No hay más recurso que el que la fe encuentra en el Dios vivo.- C.Mackintosh
No habla aquí de los incrédulos, sino de los que tenían Fe en el alma, pero no en la práctica; y por eso la palabra no les aprovechó. La escucharon y nunca fueron mejores. ¿Y cuál fue el motivo de ello? Bueno, fue porque no ejercieron Fe en la palabra. Las palabras que cayeron a sus oídos eran dulces, pero no surtieron efecto porque carecían del ingrediente de la Fe. La Fe es uno de esos gloriosos ingredientes que hacen que cada sermón, cada verdad, trabaje para beneficio de sus almas. Nada funcionará para el bien del creyente, si no está mezclado con Fe. Nada enriquece a un hombre en lo espiritual, como los frecuentes y constantes actos de Fe. -Thomas Brooks