JULIO 30

"Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente;Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí". Jonás 2:3

Jonás reconoció a Dios como el autor de su angustia; aunque fueron los marineros los que lo lanzaron al mar. El dijo: "Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente". Muchos hay que desvían del camino del SEÑOR y cuando son tratados por la mano de Dios, murmuran, se quejan, "su corazón se irrita contra Él", . Prov.19.3 Jonás sabía que el viento que lo seguía había sido enviado por Dios. Sabía que las olas que estaban a punto de hundir el barco eran las olas de Dios. Sabía que las manos que lo levantaron y lo arrojaron por la borda eran las manos de Dios, sabía que todo ocurrió de acuerdo al plan y voluntad de Dios. Bienaventurado, doblemente feliz el hombre que, en la hora de sus aflicciones, puede ver la mano de Dios en Todo.

Un creyente en soledad, en gran peligro y angustia vuelve su mirada a Dios. Fue la aflicción y oscuridad internas que incitaron a Jonás a buscar a Dios en oración fervientemente. Y este es el propósito de la gracia de Dios al permitir que tales cosas nos sobrevengan.No nos quejemos de Dios, porque Jonás pronto se dio cuenta, que la profundidad, el viento y las olas fueron todas hechas con amor. Dios lo estaba llevando a la obediencia y a que se acercara a Él para su propio bien y el de otros. Recordemos siempre humillarnos bajo la poderosa mano de Dios que nos aflige en todas nuestras adversidades. Como el hijo pródigo, viéndose rodeado de peligros y sin esperanza, ya arrepentido, dice del Padre, de quien se había apartado: “Me levantaré e iré a “mi” Padre” Luc.15:18.

"Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Alude a las olas de tristeza y profunda angustia de su alma. Como si dijera: "me has enviado una y otra prueba agudas, me siento ahogado en mi dolor y lágrimas. ¡Me siento abrumado y absorbido por la acumulación de aflicciones!". Pero, Dios prepara todas las adversidades para que obren para nuestro bien y el de otros, de modo que, sumergirse bajo la ola es caer en Sus brazos. Antes de salir de lo profundo del mar, Jonás recibió la gracia de Dios que lo libró de la muerte, antes de salir a tierra, ya Dios había escuchado su ruego, antes de pronunciar voto alguno, Dios ya había preparado su salvación.

Una y otra aflicción ha venido sobre ti, porque Dios quiere bendecirte, no lo dudes. No dudes que el mismo Espíritu de Dios te devolverá la paz y el gozo; te llenará de la seguridad de una nueva esperanza; te fortalecerá y hará liviana la carga que te ha puesto, te llenará de Su amor, y hasta en la tierra te dará un anticipo del cielo. - Canon Morse.

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