JULIO 26

"Porque entonces te deleitarás en el Todopoderoso" Job 22:26

Encontrarás un deleite al contemplar las perfecciones de su naturaleza, las obras de sus manos. Cuando medites en su palabra y la obedezcas y entres en comunión con Él, desecharás la iniquidad y la confianza en las riquezas terrenales, porque Él es la fuente y fundamento de todo bien; entonces, disfrutarás de Él, que es la cima de la felicidad humana; "Gustarás y verás cuán bueno es el SEÑOR". Sal. 34:8, tu paladar espiritual será despertado para degustar y experimentar por ti mismo Su bondad. Hallarás un sabor y sazón único en la Palabra, en la oración, en general en tu devoción y relación personal con Él.


"Quien se familiariza verdaderamente con Dios tiene un deleite en su existencia y sus atributos, en su justo juicio. Entonces, ya no te quejarás, confiarás en Él cuando estés afligido; correrás a Él cuando seas perseguido; lo buscarás en el día de la prosperidad; lo preferirás a todo lo que este mundo puede dar; encontrarás tus mayores alegrías al alejarte de todo bien creado para mantener la comunión con Él No creado". -Albert Barnes

Deléitense en los atributos de Dios. Cada atributo de Dios debe ser un rayo fresco en esta luz de sol llena de deleite. Para nosotros que conocemos nuestra insensatez, que Él sea sabio debe ser motivo de gozo. Para los que temblamos a causa de nuestra debilidad, que Él sea todopoderoso debe ser causa de regocijo. Que Él sea eterno debe ser siempre el tema de nuestra música, cuando nos damos cuenta que somos hierba y nos secamos como la hierba verde. Que Él sea inmutable debe darnos una canción, pues nosotros cambiamos cada hora y no somos los mismos por mucho tiempo.


Él está lleno de gracia que desborda en el pacto, que esta gracia que Él nos ha dado, sea nuestra, para limpiarnos, nuestra para guardarnos, nuestra para santificarnos, nuestra para perfeccionarnos, nuestra para llevarnos a la gloria, todo esto debería impulsarnos a deleitarnos en Él. ¡Ahora sumérgete en el mar sin límites de la Divinidad! Piérdete en su inmensidad; deja que Sus atributos cubran toda tu debilidad y toda tu insensatez, y todas las otras cosas que te hacen gemir y te deprimen. ¡Regocíjate en Él, aunque no puedas regocijarte en ti mismo! Triunfa en el Dios de Israel, aunque en ti mismo exista una razón para desesperar. —Charles Spurgeon