MARZO 26


"Él(Juan) era antorcha que ardía y alumbraba";Juan 5:35

Juan era antorcha que ardía y alumbraba, no con luz propia sino derivada de aquella suprema luz que lo iluminaba, Cristo. Esta lámpara destinada a iluminar al mundo me da un gozo nuevo, porque es gracias a ella que he reconocido la verdadera Luz que brilla en las tinieblas, pero que las tinieblas no han podido apagarla Jn 1:5. Juan era una antorcha que alumbraba para dar un elevado tributo al Maestro. Eso es a lo que aspira mi corazón.

Las antorchas se alimentan de aceite, un aceite que viene del cielo, el aceite místico y efectivo de Dios Espíritu Santo, que habita en mí. Que mi alma pueda alimentarse y sustentarse de Él. Si cada día cedo al Espíritu Santo para que me enseñe, me refine, me controle, su testimonio a través de mí llevará fuerza y poder. Tendrá un brillo que no será mío, un resplandor que alumbrará de mi carácter, de mi forma de comportarme, de mi vida.

Jesús dice que ardía. Quiero que la antorcha en mi además de alumbrar de el calor del amor de Dios. Que tenga el rojo del rubí así como el brillo del diamante. Un cristiano que tiene luz pero le falta amor es muy imperfecto; que sea diferente conmigo. El conocimiento es bueno, pero la consagración y el amor son mejores. Debo recordar cuál es el camino más excelente 1 Cor.12:34; Si tengo el don de profecía y entiendo todos los misterios; si poseo todo conocimiento, si tengo una fe que logra trasladar montañas, pero me falta el amor, no soy nada. 3 Si reparto entre los pobres todo lo que poseo, si entrego mi cuerpo para tener de qué presumir, pero no tengo amor, nada gano con eso. 1Cor.13:2-3

También dice que alumbraba. Esa es la utilidad de la lámpara, su razón de ser. Solo hace su trabajo cuando alumbra. No debe haber incertidumbre en mi testimonio. Las palabras, el comportamiento, la influencia, el aspecto mismo de mi cara y las más pequeñas cosas que hago instintivamente sin pensar en ellas, todas deberían declarar de quién soy. Todas deben alumbrar a otros y reflejar la luz de Cristo. Porque soy una antorcha, pero Él es el Sol de Justicia. Mi pobre brillo palidece a su lado. Sin embargo, tiene un noble propósito. Cumple una función bendita cuando, a través de la noche, y el crepúsculo alumbró en su nombre, hasta que sea Él quien se levante en los corazones de aquellos que le necesitan. -Alexander Smellie

Cristiano, toda tu existencia debe ser, como la de Juan Bautista, un gran testimonio vivo, que lleve a Jesucristo, el Hijo de Dios hecho carne. Jesús afirmó que Juan era "una lámpara que ardía y alumbraba". También tú debes ser lámpara como Él. Ilumina y brilla con tu vida y acciones, para que otros vean y conozcan en ti la luz del mundo, Cristo. "Haz brillar tu luz delante de todos, para que ellos puedan ver las tus buenas obras y alaben a su Padre que está en los cielos" Mat.5:16, y aunque sea una pequeña luz en medio de tantos fuegos artificiales, recibe su poder y su esplendor de la gran "Estrella resplandeciente de la mañana", Cristo resucitado, cuya luz brilla a través de nosotros, y que no tendrá nunca ocaso ni se extinguirá jamás.