MARZO 25


"....Las Escrituras dan Testimonio de mí", Juan 5:39

Uno de los propósitos más sagrados por los cuales se escribieron las Escrituras fue hacer posible que toda la humanidad conozca a Cristo. Las Escrituras enseñan y testifican de Él y todo lo que necesitamos saber y hacer para llevarnos a Su presencia y revelarnos Su obra de Salvación. "El origen de la sagrada Escritura no hay que buscarlo en la investigación humana, sino en la revelación divina, qué procede del Padre de las luces, Sant.1:17, creador de todo lo que existe en el cielo y en la tierra, de quien, por su Hijo Jesucristo, se derrama sobre nosotros el Espíritu Santo, que reparte a cada uno sus dones como Él quiere,1 Cor.12:11, se nos da la fe, y por la fe habita Cristo en nuestros corazones. Efe.3:17

En esto consiste el conocimiento de Jesucristo, conocimiento que es la fuente de la que proviene la firmeza y la comprensión de toda la Escritura. Por esto, es imposible penetrar en el conocimiento de las Escrituras, si no se tiene previamente infundida en sí la Fe en Cristo, la cual es como la luz, la puerta y el fundamento de toda la Escritura. En efecto, la Fe es el fundamento estable, la luz directora y la puerta de entrada de toda iluminación sobrenatural; ella ha de ser la medida de la sabiduría que se nos da de lo alto, para que nadie quiera saber más de lo que conviene, "sino que nos estimemos moderadamente, según la medida de la Fe que Dios ha dado a cada uno" Rom.12:3.

La finalidad o fruto de la Sagrada Escritura tiene como objeto la plenitud de la felicidad eterna por medio de Cristo. Porque la Escritura contiene palabras de vida eterna, puesto que se ha escrito no sólo para que creamos, sino también para que alcancemos la vida eterna, aquella vida en la cual veremos, amaremos y serán saciados todos nuestros deseos; y, una vez saciados, entonces conoceremos verdaderamente lo que trasciende toda filosofía: el amor cristiano, y así llegaremos a la plenitud total de Cristo Ef.1:23. En esta plenitud, que nos habla el Apóstol, la Escritura se esfuerza por introducirnos. Esta es la finalidad, ésta es la intención que ha de guiarnos al estudiar, enseñar y escuchar la Sagrada Escritura.

Y, para llegar directamente a este resultado, a través camino recto de las Escrituras, debemos acercarnos, "al Padre de las luces", sin otro bagaje que la Fe, doblando las rodillas de nuestro corazón, para que Él, por su Hijo, en el Espíritu Santo, nos dé el verdadero conocimiento de Jesucristo y, con el conocimiento, el amor, para que así, conociéndolo y amándolo, fundamentados en la Fe y arraigados en el amor, podamos conocer lo ancho, lo largo, lo alto y lo profundo de la sagrada Escritura y, por este conocimiento, llegar a conocer en plenitud el amor de Dios, Hijo y E.Santo; este debe ser el anhelo del creyente, en esto consiste la plenitud y la perfección de todo lo bueno y verdadero. -Buenaventura

"Toda la Escritura no es más que una carta de amor completa, escrita toda en letras doradas. En ella hay mucho que leer: el amor, el corazón, la bondad, la gracia, la salvación, la gloria de Cristo, que un corazón creyente no puede dejar de amar, abrazar y esforzarse por ser conforme a cada línea. Toda la Palabra de Dios es un campo, ¡y Cristo es el tesoro escondido en ese campo! Toda la Palabra de Dios es un anillo de oro, y ¡Cristo es el diamante en ese anillo! ¡Las Escrituras dan testimonio de mi!" -Thomas Brooks

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