JULIO 23


Entonces dijo el SEÑOR a Moisés: "Ordena a los israelitas que sigan adelante". Éxodo 14:15

Moisés recibe la orden de cruzar el mar Rojo: Su deber era la obediencia; la promesa de Dios, librarlos del peligro. "¡Adelante!" "Dios peleará por ustedes y ustedes estarán tranquilos (en paz)". Éx. 14:14 Avanzar parecía terrible, se hallaban en una encrucijada, a sus espaldas eran perseguidos por el ejército de Faraón, adelante los esperaba la infranqueable e insondable profundidad del mar Rojo, la ansiedad y el terror del inminente peligro se apoderó de ellos. Pero Dios requería obediencia, para ver la gloria de Dios en esta situación debían avanzar. Además de orar debían actuar. Él siempre se pone entre nosotros y nuestros fuertes enemigos. Las dificultades se desvanecen ante la presencia de la obediencia creyente.La incredulidad retrasa el proceso. Solo hay una forma de vencer la duda. Es creer. Termina con la torturante incertidumbre avanzando, "puestos los ojos en Jesús". Dios fortalece al obediente. No tiene promesas para los escépticos vacilantes de doble ánimo. -TL Cuyler, "La fe se coloca más allá del alcance de la dificultad, y, allí, halla a Dios con toda su fidelidad, su amor y su poder"-C.H.M

Es en el día de prueba y de dificultad cuando el alma hace alguna experiencia del inmenso e indecible gozo que se experimenta al poder contar con Dios. Si siempre fuese todo fácil, nunca se podría tener esta experiencia. El SEÑOR no nos ofrece la perspectiva de un camino exento de pruebas y tribulaciones; muy al contrario de esto, nos dice claramente que hallaremos las unas y las otras; pero promete estar con nosotros siempre en medio de todo, y esto vale infinitamente más que vernos libres de todo peligro. Quisiéramos que se nos concediera avanzar sin pruebas, pero perderíamos mucho en ello. La presencia del SEÑOR nunca es tan dulce, tan real y notoria como en los momentos de mayor dificultad. - Charles Mackintosh

Mientras el pueblo avanzaba o acompañaba avergonzado y confundido por haber desconfiado de Dios o murmurado contra Moisés; y al ver aquellas paredes grandiosas de agua que se habían levantado al extender Su mano el Eterno, en respuesta a la fe de Moisés; aprende lo que Dios hará para los suyos. No temas ningún resultado de obediencia implícita a su mandamiento. No te asustes de las aguas tempestuosas que con su orgullosa insolencia impiden tu progreso. Sobre las voces de muchas aguas, el poderoso rompeolas de los mares, "El SEÑOR, sentóse por Rey para siempre," Una tormenta, es solamente como el exterior de Su manto, el síntoma de Su venida, el acercamiento de Su presencia. ¡Atrévete a confiar en Él; atrévete a seguirle! Y descubre que las mismas fuerzas que impiden tu progreso y amenazan tu vida, por mandato Suyo, se convertirán en los materiales con los cuales se edificará una entrada para tu libertad. -F. B. Meyer
********************************************************