"Yo te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza". Jueces 16:6
La fuerza de Sansón no estaba en tener un físico excepcional, ni en su altura o su musculatura, tampoco en sus cabellos, sino en la presencia del Espíritu de Dios sobre su vida. Había más en él de lo que aparecía a simple vista, o la pregunta no se habría repetido con tanta urgencia: " te ruego que me declares en qué consiste tu gran fuerza". Dotado de una fuerza sobrenatural, escogido por Dios desde el vientre de su madre y consagrado al SEÑOR desde su nacimiento para ser juez de Israel, esto es, para ser gobernador y líder político-religioso del pueblo. Pero, cuando Sansón violó su consagración al SEÑOR, perdió su fuerza. La que le fue restaurada en respuesta a la oración que pronunció con Fe y urgencia al verse prisionero y ciego: "SEÑOR Dios, te ruego que te acuerdes de mí", Jueces 16:28. Esto nos enseña que el pecado trae consecuencias mediante la opresión de los extranjeros(los filisteos) enemigos del pueblo de Dios, pero responde al arrepentimiento con el envío de un libertador. ¡Hay esperanza de restauración en el SEÑOR!"
SEÑOR, te ruego que te acuerdes de mí". El recuerdo de Dios lleva consigo la intervención salvadora en favor del que ora. En la oración Sansón recobra su fuerza porque ha vuelto a su verdadero origen, a Dios, "volvió en sí como el hijo pródigo" Luc. 15:17, al verse solo y abandonado, recuperó su cordura. Le crece el cabello, Jueces 16: 21-22, como señal de la restauración de su fuerza, y con él la conciencia que nunca debió perder. El fracaso aparente del prisionero abatido y cegado, son anuncio de una luz y una fuerza insospechadas. Ahora no es el superhombre confiado en sus propias fuerzas que desprecia a su SEÑOR, sino que, por el contrario, es el signo vivo de la fuerza de un Dios cercano, misericordioso y liberador. Sansón ahora no es un hombre perfecto, sino un hombre frágil, débil y quebradizo como un niño que sólo encuentra su fuerza y poder en el SEÑOR.- Ignacio F. Yécora
En consecuencia, este héroe de la Fe a pesar de sus debilidades morales, ocupa un lugar en la lista de creyentes conquistadores, junto con Abel, Abraham, Jacob, José, Débora, David y otros. Hebreos 11:32. Pero, por qué ocupa este lugar como héroe de la fe, pese a que su inmoralidad sexual habitual es innegable, según Jueces 14:1-3, 16:1 y 4. En realidad es un antimodelo y un antihéroe. Pero, si buscas héroes de la Fe perfectos y sin mancha, terminarás con pedestales vacíos; porque todos pecamos, No hay ni uno solo que sea justo. Rom. 3:10 y 23. En Sansón hay una revelación del Dios bíblico: se sirve de este "antimodelo" para llevar adelante su historia de salvación. Por medio de este "consagrado, pero repetidamente infiel", Dios salva a Su pueblo. "Hay una fuerza, un poder que ningún valor humano puede impartir; es lo que se comunica directamente de Cristo. Y cuando Jesús mira y habla, el alma que está con toda humildad ante Él sabe que puede hacer "Todas las cosas a través de Aquel que le fortalece", Filipenses 4:13. -FB Meyer
En verdad, Dios escribe recto con renglones torcidos, usó a Sansón para demostrar Su perdón y amor infinito, es decir, Su gracia, a quienes lo piden en fe sin importar cuan bajo han caído. Su historia nos revela y nos ayuda a entender con mucha claridad, que la salvación eterna es por gracia y que nunca ha dependido de nuestras obras; "Porque por gracia ustedes han sido salvados por medio de la fe, y esto no procede de ustedes, sino que es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe". Efe.2:8-9 Aunque Sansón cometió muchos errores, Dios le dio otra oportunidad, como también lo hace con nosotros, Dios puede usar nuestros errores para bien si nos arrepentimos de verdad y permitimos que el Espíritu Santo se manifieste en nuestras vidas. La vida de Sansón nos recuerda que por la gracia de Dios, cualquiera puede ser grande en el reino de los cielos, incluso aquellos que tienen historias defectuosas. ¡Oh Maravillosa gracia del SEÑOR!"
Maravillosa gracia vino Jesús a dar, Más alta que los cielos, Más honda que la mar, Más grande que mis culpas Clavadas en la Cruz. Es la maravillosa gracia de Jesús. Inefable es la divina gracia, es inmensurable cual la más profunda mar, fuente preciosa a los pecadores rescatar. Perdonando todos mis pecados Cristo me limpió de mi maldad; Alabaré su dulce Nombre por la eternidad. Maravillosa gracia, Gracia de compasión, Gracia que sacia el alma con plena salvación, Gracia que lleva al cielo, Gracia de paz y luz, es la maravillosa gracia de Jesús...." - Haldor Lillenas