AGOSTO 9

"Den, y se les dará; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en sus regazos. Porque con la medida con que midan, se les volverá a medir." Lucas 6:38

Muchos maestros y profetas del falso evangelio de la prosperidad, enfocan este verso de manera muy conveniente exclusivamente al dinero y a lo material, limitando, torciendo y haciendo vano el verdadero valor y significado de lo que Jesús está enseñando. Consideremos cuán profundo es este versículo en su contexto apropiado. Si leemos atentamente los versos anteriores, no habrá duda de que Jesús está hablando de perdonar a los demás. Notemos, que justo antes de decir: " Den y se les dará", dice: "Sean ustedes misericordiosos, así como su Padre es misericordioso. No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen y serán perdonados"; Lucas 6:36-37 Jesús está instruyendo y animando a sus seguidores, a "dar" del amor y del perdón que hemos recibido tan generosamente de Él.

Nunca, jamás, olvidemos cuán importante es el perdón para el SEÑOR, tan importante es que dió su vida en la Cruz para perdonar nuestros pecados y darnos vida eterna y todo lo hizo porque nos amó; Nosotros le amamos porque Él nos amó primero" . El amor de Dios es la base del perdón, al tener Su amor tendremos una actitud no condenatoria, en la misma medida en que deseamos ser perdonados. Al amar seremos tan misericordiosos como lo es Dios con nosotros, mientras juzgamos, condenamos y perdonamos a otros, de la misma manera que deseamos ser juzgados, condenados y perdonados por Dios.

Así que, si al llevar tu ofrenda al altar te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí mismo delante del altar y ve primero a ponerte en paz con tu hermano. Entonces podrás volver al altar y presentar tu ofrenda. Mateo 5:23-24 La falta de perdón que nos separa del prójimo también nos separa de Dios. Por eso, el primer y segundo mandamiento están unidos y el primero depende del segundo: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y más grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas" Mat. 22:36-40. En resumen, nuestra relación con Dios depende de nuestra relación con nuestro prójimo.

"Si alguno dice, yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? 1Jn 4:20. ¡Debemos tener mucho cuidado en lo referente a este tema! ¡es tan delicado que El SEÑOR considera al que odia a su prójimo, un homicida! "Todo el que odia a su hermano es un asesino." 1 Juan 3:15 Es inútil pues, presentar ofrenda a Dios, antes de arrepentirnos y corregir el mal que nos apartó de Él. La oración, la alabanza, las obras de caridad incluyendo dinero y servicio a Dios, deben estar precedidas de la reconciliación con el hermano, familiar o prójimo en general. Muchos cristianos oran, ayunan, dan ofrendas, diezmos, asisten a la iglesia habitualmente, pero ni siquiera pueden saludar al familiar, vecino, amigo, prójimo y mucho menos reconciliarse con él. Esta es la razón por la que muchas oraciones están sin respuesta y dijo Pablo: "y muchos de ustedes están enfermos y débiles, y también algunos han muerto". 1 Cor.11:30 Por eso, nos advierte el SEÑOR: "Primero reconcíliate con tu hermano, y luego ven y presenta tu ofrenda".

Dios no acepta la adoración ni servicio del cristiano que tiene odio, celos, amargura, y orgullo egoísta en el corazón que no permite perdonar, porque son ofrendas que están contaminadas de pecado. Lo que más anhela el SEÑOR es habitar en un corazón limpio, más que nuestro oro, plata y dinero, Tú y yo debemos enfocarnos en "dar" perdón a quienes nos han herido. La forma más fácil de hacerlo es convertirlo en una prioridad. Sí, ¡incluso una prioridad más alta y sublime que el dinero! Considera estas palabras de Jesús hoy: "Porque con la medida con que midan, se les volverá a medir. "Si ustedes perdonan a los otros sus ofensas, también su Padre celestial los perdonará a ustedes. Pero si ustedes no perdonan a los otros sus ofensas, tampoco el Padre de ustedes les perdonará sus ofensas". Mateo 6:14-15. El SEÑOR nos quiere libres de odio y rencor, Él quiere que nuestro corazón sea una ofrenda, para Él esto es más que el oro. "Les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios" Rom. 12:1 Entonces, la oración, ayunos, alabanzas, dinero sin codicia, sin interés, y servicio a Él, serán "aceptados como aroma agradable". Ezeq. 20:41"

Den y se les dará". Así como trates con los demás, él también te tratará a ti. Sea bondadoso, generoso, esté dispuesto a hacer concesiones, sea fácil de apaciguar, esté dispuesto a hacer el bien con los medios que tenga, y con esta misma medida se le volverá a medir en el día de la necesidad. "El alma generosa será engordada, y el que riega, también él mismo será regado".Aquí está el secreto de una vida de abundantes bendiciones, rebosante de misericordia. "Porque con la medida con que midan, se nos medirá", con la medida que demos nuestro amor y perdón a otros, nos volverán a medir el amor y el perdón por nosotros, usando nuestras propias medidas para ese propósito. - FB Meyer