"Súbete, Sión, a la cumbre de un monte,". Isaías 40:9
Se le pide al pueblo de Dios, que suba a la montaña más alta que esté a su alcance antes de anunciar el advenimiento del Dios Salvador. Uno de los medios que Dios usa para subir a las alturas donde Él nos quiere, es LA ORACIÓN. No podemos ser efectivos en el ministerio y servicio y anuncio de la salvación del SEÑOR, sin antes haber estado impregnados de Su presencia, en el aposento alto, para ser llenos del Espíritu Santo. Por eso, ordenó el SEÑOR a los discípulos que no salieran de Jerusalén, sino que esperaran unidos en oración hasta que fueran llenos del Espíritu, diciendo: "Recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra".Hechos 1:5-8-13-14
El SEÑOR nos quiere apartados del mundo y los afanes terrenales, para remontarnos a Sus alturas celestiales, por eso nos dice: "Súbe.... a la cumbre" ¿Y cómo lo logramos? Una vez purificados y librados de la esclavitud de las pasiones por el poder de la Sangre del Cordero, que quita todos nuestros pecados. Lejos del mundo y de sus deleites, sin ninguna carga de orgullo, despojados de toda codicia, avaricia, amor al dinero, apego desordenado e idolatra a las criaturas, engaño, odio, rencor, envidia, etc... estamos preparados para empezar el ascenso a la cumbre del monte. Y es el Espíritu Santo quien obra esta transformación en nosotros, haciéndonos a la imagen de Cristo; "A los que antes conoció, los destinó desde un principio a ser como Su Hijo", Rom.8:29, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura, Salmo 27:4, para recrearnos en Él, cumpliendose así las palabras dichas por el profeta: "Yo los traeré a Mi santo monte, Y los alegraré en Mi casa de oración". Isaías 56:7; Sí, el mismo SEÑOR nos llevará a este monte.
Cuanto más lejos del mundo y sus deleites, más ascendemos y disfrutamos de los deleites del Espíritu Santo, y más queremos estar a solas con el SEÑOR, contémplandole en la hermosura de Su santidad, y anhelamos vivir siempre así con el gran amor de nuestro corazón. Allí, el alma se siente como los discípulos en el monte de la transfiguración: "SEÑOR, ¡qué bueno es para nosotros estar aquí!". Mateo 17:3 ¡Sí, así es la vida lejos del mundo, en búsqueda del SEÑOR, vivida con nuestra tienda armada de manera permanente en las cimas de la luz de Cristo! Por eso David lo único que pidió y deseó, fue estar allí, cuando dijo: "Sólo una cosa he pedido al Señor, sólo una cosa deseo: estar en el templo del Señor Todos los días de mi vida" Salmo 27:4. Y todo creyente es llamado a esta comunión con Cristo, a subir a esta cumbre, a esta contemplación, a esta vida de paz, vida de amor, y de esplendor, en que arma su tienda en las cimas de la luz y permanece allí, recibiendo el calor y los rayos del Sol de Justicia, Cristo. Pero sólo hay un camino que nos dirige allí, y este "es el camino de la vida, que pocos hallan, porque es angosto y estrecho". Mateo 7:13-14, despojarse del pecado, el mundo y sus placeres es el camino difícil. Pero qué dulce es este camino, para los que han decidido ir por él, solo ellos lo conocen y lo han experimentado.
Allí morando con Cristo, su amor nos lleva hasta la cumbre del monte para estar a solas con Él. Allí hay revelación de Su palabra, hay guía según Su voluntad y sabremos que camino tomar: "Vengan, subamos al monte del Señor, A la casa del Dios de Jacob, Para que nos enseñe acerca de Sus caminos, Y andemos en Sus sendas".Isaías 2:3. Allí, recibimos los mejores dones del Espíritu Santo, para compartirlos y edificar la vida de otros; allí, tendremos respuestas a las oraciones, allí, veremos al SEÑOR obrar milagros, señales y prodigios, para Su gloria y Su honra. Entonces, súbete a la cumbre.... sube al monte del SEÑOR; Allí experimentarás Su presencia, y cuanto más alto subas más poder y gloria descubres y recibes. ¡Qué vida espléndida y resplandeciente es esta! ¡Qué belleza! ¡Qué riqueza! - Steven Scherrer