"El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente". Salmo 91:1
El que habita al "abrigo", un velo, una cubierta, es decir, un lugar secreto, un escondite, un refugio, una protección. "Las bendiciones que se prometen aquí no son para todos los creyentes, sino para aquellos que viven en íntima comunión con Dios. Todo hijo de Dios mira en dirección al santuario interior, pero no todos moran allí; acuden a Él a veces, y gozan al hacerlo, pero no residen en la presencia de Dios de modo habitual. Los hijos de Dios no deben venir al lugar secreto de Dios como huéspedes de una posada, sino como habitantes permanentes. "El que habita" No importa si es rico o pobre, sabio o ignorante, joven o viejo, porque "Dios no hace acepción de personas", sino que «Él es rico para todos los que le invocan" Rom.10:12 . -Bellarmine
La promesa en el texto es para aquellos que hagan de la oración su aliento; para los que tienen comunión fija y continua con Cristo, que refieren todas las cosas a Él como su hábito fijo; exhalando amor, adoración, confesión, súplica. Es para los que leen las Escrituras de tal manera que captan el espíritu mismo de su Divino Autor, estos han recibido una educación superior, y aunque los asalten las ideas del mundo sus mentes están fortalecidas y protegidas con los pensamientos y principios de Dios.En el "lugar secreto" hay paz. "En el mundo tendrán aflicción", dijo Jesús, "pero en mí tendrán paz". En el "lugar secreto" hay pureza. Todo pecado permitido incrusta las ventanas del alma y ciega nuestra visión. Y cada victoria sobre el mal aclara la visión del alma. En el "lugar secreto" hay frutos. Primero debemos permanecer en Cristo, y después llevaremos mucho fruto.Juan 15:4-8 Oh, que pudiéramos estar tan cerca de Él que fuéramos magnetizados y cargados con una fuerza espiritual que el mundo no pueda contradecir ni resistir. En la sombra del Omnipotente el cristiano encuentra protección.
Podemos vivir y morir a Su sombra. También hay descanso en esta sombra. El que habita en el lugar secreto del Altísimo tiene un hogar perfecto, completo en todo lo que pueda contribuir a su seguridad, respos y perfección. ¡Oh, experiméntalo! Debemos entrar y permanecer en el secreto de Dios.JW ChapmanLos resultados más notables seguirán a nuestra permanencia en el "lugar secreto"; esto es, "Moraremos a la sombra del Todopoderoso". Nunca ha habido una sombra sin la luz; por tanto, debe ser un lugar de brillo. Es un lugar donde está Dios, porque lo más cercano a mí en la luz del sol mientras viajo es mi sombra, y el que camina o descansa bajo la sombra del Omnipotente debe estar muy cerca de ÉL, de modo estando bajo Su Sombra, puedo levantar mis ojos y ver Su gloria, gloria como del unigénito del Padre, lleno de gracia y de verdad. Juan 1:14 .
"Te exhorta el SEÑOR a que lo imites en lo que él no habría podido hacer si no se hubiera hecho hombre.... No habría podido morir, ni ser humillado y crucificado sin ser hombre. Por tanto, cuando tú soportas las incomodidades de este mundo, obras del diablo abiertamente, sea por medio de los hombres, o de forma oculta como hizo con Job, sé fuerte, sé sufrido; "habitarás bajo el abrigo del Altísimo". Pues si te apartas de la ayuda del Altísimo, no pudiendo valerte por ti mismo, caerás. El que imita a Cristo de modo que llega a tolerar todas las molestias de este mundo, y que, poniendo en EL SEÑOR la esperanza, ni los halagos le cautivan, ni el temor le doblega, éste es el habita bajo el abrigo del altísimo, y el que mora protegido por el Dios del cielo, dirá al SEÑOR: Tú eres mi protector y mi refugio. - Agustín de Hipona
MORANDO EN CRISTO Por: Albert B.Simpson
Aprendí el dulce secreto de morar en el SEÑOR; ya gusté la pura fuente, su palabra bebo hoy; oh sublime fortaleza, por su sangre libre soy. Ya perdido estoy en Cristo,sumergido estoy en ÉL.Crucificado con Cristo, ahora él vive y mora en mí; ha cesado toda lucha, no más yo, más Él aquí. Mi completa voluntad a su Espíritu entregué; y en su preciosa sangre mis pecados ya lavé.A sus pies dejo mis males, lejos los arroja Él; mis temores a Él le cuento de mis penas cuida Él. De Jesús obtengo fuerza, por su aliento vivo yo; Él coloca en mí su mente, con su vida, fe y amor. Ya morando estoy en Cristo,y confiando en Él estoy,* Escondido en su regazo, en las alas de su amor. En verdad, morando en ÉL; y en Su palabra estoy, en su regazo escondido, en el seno de su amor.