AGOSTO 11


"Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente.... Ellos verán la gloria del SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro". Isaías 35:1-2

El desierto: un lugar solitario, tierra reseca, tierra sedienta. Toda la desolación parece girar en torno a la ausencia de un elemento: el agua. El mundo sin Cristo es un desierto. Indica la esterilidad, la desolación moral, aparte de Cristo y su glorioso Evangelio. ¡Qué desierto solitario y reseco es el corazón que no tiene a Dios habitando en él! Necesita para vivir a Cristo, el Agua de Vida, que sacia la sed espiritual, el manantial que brota para vida eterna. Juan 4:14.
"Se alegrarán el desierto y la soledad y el yermo se gozará": Encontramos este emblema empleado para traer a la mente los resultados gozosos del reino de Cristo, la gran alegría que el Evangelio de Jesús trae consigo a los corazones que creen en Él. "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, ahora han sido hechas nuevas". 2 Cor.5:17. ¡Qué gozo trae el Evangelio al alma cuando se recibe con plena fe, alegría del agradecimiento, del amor, de la esperanza, de la comunión con la bondad infinita! Por lo tanto, dondequiera que se hable de este evangelio habrá alegría.

"Florecerá como la rosa". La rosa nos da idea de belleza. ¡Qué belleza inimaginable se despliega en una vida semejante a la de Cristo! El alma sin esperanza, solitaria y reseca, es embellecida por Cristo. Por eso Él dice a su esposa, la iglesia: ¡Qué bella eres, amada mía, eres realmente muy hermosa! Cant. 4:1 En el corazón de cada creyente se manifiesta la obra de transformación sobrenatural del Espíritu, es la "demostración del Espíritu y de poder". Entonces, los "frutos del Espíritu" brotan, florecen profusamente. Sí, el Evangelio de Cristo imparte al alma la belleza divina del más alto tipo: la belleza moral, la belleza del SEÑOR; ¡El más hermoso de los hombres! Salmo 45:2

"El desierto del corazón florece cuando Cristo está en él. El gran poder del Evangelio de Jesús convierte este desierto moral en un huerto del SEÑOR. "El mundo perecía por falta del agua de la vida; Jesús murió y fue sepultado, y de Su Cruz y tumba rota derramó el río del agua de la vida para saciar la sed del mundo. Sus arroyos corren por todas partes, y dondequiera que fluyan, el desierto se ha hecho florecer como un jardín de rosas. La belleza florece dondequiera que corran". - JR Miller.

"Ellos verán la gloria del SEÑOR, la hermosura del Dios nuestro". Ciertamente es cierto que, entre las principales bendiciones de la salvación, está la visión de Dios.Cuando Jesús vino al mundo, se nos dice que en Él contemplamos al Padre. "El que me ve a mí, ve al Padre". Juan 14:9 En Él también contemplamos la gloria de Dios, llena de gracia y de verdad; " Y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad". Juan 1:14 También se nos dice que el primer efecto del nuevo nacimiento es la capacidad del pecador de ver a Dios. "el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios".Juan 3:3. La purificación del corazón que viene con la nueva vida de Cristo habitando en el corazón, lleva consigo la promesa de ver a Dios; "Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios." Mateo 5:8