AGOSTO 25


"Y el poder del SEÑOR estaba con Él para sanar". Lucas 5:17

El poder del Evangelio del cual Cristo es la suma y la sustancia, es un poder para sanar. "Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él". El trabajo de Jesús, nuestro Médico Celestial, no es tanto diagnosticar la enfermedad sino recetar y aplicar el remedio. Es solamente prerrogativa de Dios curar las enfermedades espirituales. La enfermedad natural puede ser curada por los hombres, pero aun así, debe darse el honor a Dios que da el poder a la medicina, y también da el poder al cuerpo humano para arrojar fuera la enfermedad. Uno de los nombres selectos del SEÑOR es "Jehovah Rafa", "El SEÑOR es tu sanador". Pero en cuanto a las enfermedades espirituales, estas tienen que ser tratadas únicamente por el Gran Médico, Jesús. Él reclama esto como su prerrogativa: "El Hijo del Hombre tiene potestad sobre la tierra para perdonar el pecado". Luc. 5:20

Por eso, al ver la fe del paralítico, le dijo: "Tus pecados te son perdonados" Luc.5:18 Colocando el hacha en la raíz; no curando la parálisis al principio, sino perdonando el pecado que deprimió el espíritu del hombre, y también lo fue, en cierta medida, la causa de la parálisis. Al eliminar el pecado, levantó el espíritu del hombre, y con su espíritu renovado, también lo fue su cuerpo: "Levántate, toma tu camilla, y vete a tu casa". Luc.5:24 Notemos, que fue cuando vio su Fe que le dijo al hombre: "tus pecados te son perdonados".

Por esta razón es que el Salmista clamó al SEÑOR: "Sana mi alma, porque contra ti he pecado." Sal.41:4 También por esta razón, los piadosos alaban el nombre del Señor, diciendo: "Él que sana todas nuestras enfermedades." Él que lo hizo al hombre puede sanarlo. El que al principio fue el creador de nuestra naturaleza, puede crearla de nuevo. ¡Qué consuelo tan trascendente es que en la Persona de Jesucristo, tengamos a Dios Encarnado! "Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad." ¡Alma mía, no importa cuál sea tu enfermedad, este gran Médico puede curarte! ¡Si Él es Dios, Su infinito poder no conoce ningún límite! ¡Si Él es realmente Divino, no pueden haber fronteras para la majestad de Su poder! Está escrito: "El castigo que nos trajo paz fue sobre Él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados". Isa. 53:5 Él no usó ningún otro remedio para sanar nuestra enfermedad de pecado, sino cargando Él mismo con nuestras enfermedades y dolencias. Este es el gran remedio para todos los males. ¡Bendito sea el Hijo de Dios porque esa medicina tan amarga, no es para que la bebamos nosotros, sino que Él se la tomó toda! Él tomó la terrible copa en Getsemaní y la bebió completamente por nosotros.

¡SEÑOR, con qué gratitud debo mirar a Tu Cruz para verte, mientras de esas benditas fuentes de salud fluyen torrentes convertidos en inundaciones de sangre, y mientras Tu corazón, fuente de toda salud espiritual, está vertiendo un eficaz raudal celestial que lava todas sus enfermedades al pecador! ¡Vengan aquí, todos ustedes enfermos de pecado, y miren al glorioso Hijo de Dios, hecho a semejanza de la carne, muriendo sobre la Cruz! ¡Vengan aquí, ustedes que lloran por su pecado, ustedes que están paralíticos y enfermos por la iniquidad! ¡Aquí hay poder presente aún en el Salvador que muere para sanar, sin importar cuál sea su enfermedad!

"El sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas". Sal.147:3 ¡Una promesa aplicada por Su Espíritu, una gota de Su sangre que penetra en la conciencia, y de inmediato hay tanta paz tan honda y profunda que nada se le puede comparar! ¡Dios les otorgue a todos ustedes que temen Su nombre que el Sol de Justicia se levante con el poder de sanar bajo Sus alas! ¡Jesús También puede renovarte y sanarte de tus recaídas! "Yo los sanaré de su infidelidad. Los amaré generosamente, porque mi furor se habrá apartado de ellos," Os.14:4 El poder de sanar de mi SEÑOR es tal que si has recaído hasta el fondo, aún así Él te dice: "¡Regresa! ¡Regresa! Habrá mayor gozo por ti, pobre oveja perdida, que por las noventa y nueve que no se extraviaron. Él se gozará más de recibirte, hijo pródigo errante, que el gozo que tiene por el hijo que siempre permaneció en la casa de su padre. ¡Regresa!"

El Amigo de los pecadores "puede salvar por completo a los que por medio de Él se acercan a Dios." Heb. 7:25. Puede perdonar pecados tan aberrantes que solo mencionarlos producen vergüenza. ¡Casos como estos la mano maestra de Emanuel puede sanar! Para Dios no hay imposibles, y para el Hijo de Dios no hay nada difícil! ¡Él puede salvar al peor de todos los pecadores! En el grado más alto que se pueda concebir, el poder del Evangelio es poder de sanar. ¡Ven, pobre pecador, y míralo a Él que puede sanar tus heridas mortales! ¡Ven y míralo a Él y vive! -C.Spurgeon Si Jesús tiene el poder para sanar la mayor de las enfermedades del hombre, que es el pecado, también tiene el poder de sanar toda enfermedad y dolencia física. "Si puedes creer, para el que cree todo lo es posible". Marcos 9:23