"El fuego encendido sobre el altar no se apagará, sino que el sacerdote pondrá en él leña cada mañana.... Levítico 6:12
En el Antigüo Testamento el Fuego fue un elemento indispensable para edificar y levantar un altar a Dios, y la Leña ha sido la principal materia combustible desde tiempos ancestrales. La orden del SEÑOR a los sacerdotes fue no dejar apagar el fuego, y mantener la hoguera encendida en el altar proporcionándole Leña. Todo creyente que tiene a Cristo en su corazón, que ha creído en Cristo para salvación por Gracia, que ha sido lavado y purificado de los pecados por la Fe, con la preciosa Sangre de Cristo, le pertenece a Cristo y se convierte en un sacerdote, según lo dicho por el apóstol: "Ustedes son real sacerdocio," 1Ped.2:9 "Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, Apoc. 1:5. Si somos sacerdotes para Dios, es nuestro deber edificar un altar en lo íntimo de nuestro corazón a diario. el fuego es una maravillosa figura de la obra del Espíritu en nosotros, que trae la presencia de Dios, el fervor por Dios y la pureza de Dios. Y por la fe "somos hechos el templo y morada del Espíritu Santo".1Cor.3:16. Para no apagar, descuidar y alejar Su Presencia, es necesario avivarlo regularmente con los siguientes leños: 1.El Leño del Anhelo por la Oración. 2. El leño de la Palabra de Dios. 3. El leño del amor a Dios
1. EL LEÑO DE LA ORACIÓN. Sabemos que para encender una chispa se requiere viento, y en el altar interior se necesita el soplo, el aliento del Espíritu Santo que avive el fuego de nuestro corazón, el cual debemos anhelar, pedir y buscar con ansias su poder, para que sea en nuestro corazón como la zarza ardiendo que nunca se extingue, y para que otros corazones ardan en amor por el SEÑOR y por sus atrios: "Miren un pequeño fuego ¡cuán grande bosque enciende!"Sant. 3:5.
Cuidemos cada día de no apagar el fuego del Espíritu, porque como el fuego se apaga con agua, así el mundo,el deseo insaciable de riquezas y las pasiones de la carne son como agua impetuosa que ahoga y asfixia el fuego en el altar interior. Estas son las razones por las cuales muchos son indiferentes y negligentes para orar o lo peor oran por rutina. ¡SEÑOR, que el leño del anhelo por tus atrios se encienda por el Poder de tu Espíritu, para despertar a los creyentes que tienen una vida cristiana estéril y rutinaria, cuyo altar está descuidado y arruinado, como estaba en tiempos de Elías, cuando el pueblo claudicaba entre baal y el Dios verdadero! Que tomen una decisión: "Si el SEÑOR es Dios, ¡síganlo! Pero si Baal es el verdadero Dios, ¡entonces síganlo a él!" 1 Reyes 18:21
- El LEÑO DE LA PALABRA: "¿No es mi Palabra como el Fuego?" Jeremías 23:29 La Palabra de Dios, es un leño que aviva el fuego en el altar. ¿No ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? Luc.24:32. El profeta Jeremías dijo: "Tu Palabra en mi interior se convierte como fuego ardiente encerrado en mis huesos. Hago esfuerzos por contenerlo, pero no puedo". Jeremías 20:9 La Palabra de Dios es fuego porque es inspirada por el E.Santo, Su Unción y Su gracia nos enseña todas la cosas. Tal es su importancia que sin este leño no encenderá el altar. Así como el fuego emite luz y calor, la Palabra de Dios "es fuego que alumbra a los sencillos", "es lámpara que brilla en lugar oscuro", "es lámpara a nuestro pies y luz que ilumina nuestro camino".
La Palabra de Dios salva, sana, restaura,purifica, convenciendo de pecado, de justicia y de juicio. Resucita muertos, abre los ojos de los ciegos, fortalece a los débiles, consuela a los tristes y angustiados, alimenta a los hambrientos. Que el SEÑOR nos ayude a apreciar y a explorar los tesoros escondidos de Su palabra. "En la Palabra de Dios están dispersas tantas verdades como diamantes preciosos que adornan el hombre interior, el del corazón. David tomó la ley de Dios como su herencia, Salmo 119:111. En esta mina bendita se oculta la verdadera perla de gran precio! Aquí cavamos hasta que encontramos el cielo! " Tomas Watson "Usemos los textos de la Biblia como combustible para el fuego de nuestra alma, pues ellos son como brasas de carbón" - C.Spurgeon-
EL LEÑO DEL AMOR A DIOS: El amor es el primer fruto del Espíritu Santo. La llama Divina del amor es una condición esencial para mantener encendido el fuego en el altar, cuando esta llama se apodera del alma del cristiano no dejará de arder jamás. Esta es una obra del Espíritu Santo en el corazón, el amor de Dios es eterno, no es egoísta, no busca lo suyo, no se alegra de la injusticia. El amor que viene de Dios, nunca se da por vencido, jamás pierde la fe, siempre tiene esperanzas y se mantiene firme en toda circunstancia.1Cor. 13:4-7-12 "El fuego se alimenta con leña para conservarlo es necesario alimentar el fuego del amor a Dios en la vida donde somos extranjeros y peregrinos, la leña con la cual se enciende es la meditación en los beneficios de Dios, Su bondad, Su misericordia, Sus atributos, meditando de en la vida de Cristo su justificación, santificación y redención, 1Cor.1:30
En Su Gracia por la cual fuimos salvos, Efesios 2:8La gratitud en cualquier ocasión, el afecto por las cosas Divinas, el deseo por Todo aquello que se refiere a la oración, lo cual es una habilidad y un don celestial. Porque cada una de estas cosas bien consideradas es como un tizón que aviva y enciende nuestros corazones con el fuego del amor hacia a Dios. "Ardía mi corazón dentro de mí; en mi meditación se encendió un fuego..." Salmo 39:3. Por lo cual, nos conviene alimentar el fuego continuamente con este leño del amor a Dios, porque así no se desvanecerá la llama Divina, como lo figuró Dios cuando dijo: El fuego del altar(del corazón del justo) se mantendrá encendido sobre el altar; no se apagará, sino que el sacerdote quemará leña en él todas las mañanas. Levítico 6:12".- Luis de Granada ************