"Todos sirven primero el mejor vino y, cuando los invitados ya han bebido mucho, entonces sirven el más barato; pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora." Juan 2:10
Estas palabras son una ilustración muy adecuada del fracaso de todos los gozos de este mundo. Lo mismo ocurre con todos los placeres de la tierra, vienen en copas. "No mires al vino cuando rojea, Cuando resplandece en la copa; Entra suavemente, Pero al final muerde como serpiente, Y pica como víbora. Prov.23:31-32, el suministro es limitado, pronto se agota. Juan 2:3 Es así especialmente con los placeres del pecado. "Todos sirven primero el mejor vino... ¡Pero tú has guardado el mejor vino hasta ahora!" Juan 2:9 ¡El mundo da lo mejor primero, y lo peor viene después! Esta verdad se mantiene especialmente en la vida pecaminosa: no necesitamos negar que al principio, el pecado es dulce, ¡pero la amargura se encuentra en el fondo de la copa! Primero el júbilo y luego el amargo remordimiento.
Así pasa con la búsqueda de riqueza, poder y fama: primero la gratificación y luego la dolorosa decepción. Las primeras copas de la fama son dulces, pero pronto pierden el sabor. El pródigo pronto se quedó sin dinero y comenzó a estar en necesidad. Al principio el dinero trae alegría, una especie de satisfacción. Pero a medida que pasa el tiempo y la riqueza aumenta, las preocupaciones se multiplican, las ansiedades aumentan, las cargas se vuelven más pesadas y, por fin, el hombre rico descubre que en todas sus riquezas, ¡tiene menos satisfacción que en los días en que era un niño pobre!
Pero es aquí donde vemos la gloria del evangelio de Cristo: Cuando falta el vino de la tierra, Jesús viene y da el vino del cielo para suplir la falta. Cristo mismo tuvo la humillación, la oscuridad y la vergüenza de la cruz, ¡y luego la exaltación, el poder, la gloria! Eso es lo que Él está haciendo continuamente. Él toma vidas que han agotado su última gota de alegría terrenal, y las satisface con bienes y bendiciones espirituales, para que no necesiten nada más. En Cristo pasa lo contrario: ¡El buen vino se conserva hasta el final! Cristo mismo tuvo la humillación, la oscuridad y la vergüenza de la cruz, ¡y luego la exaltación, el poder, la gloria! En la vida cristiana, se aplica lo mismo: Primero está el dolor profundo de la culpa y el arrepentimiento, pero esto da paso a la alegría bendita del perdón. Primero están la abnegación y el llevar la cruz, pero de estas experiencias surge una paz santa que llena todo el corazón. Los dolores deben ser soportados, pero el buen vino del consuelo se vierte en la copa vacía.
Cuando falla el gozo humano, ¡Jesús da un gozo nuevo, mejor que el del mundo, y en abundancia inagotable! El mejor vino también está reservado en el cielo, para los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero al final del tiempo. Apoc.19:9 ¡Qué triste es para aquellos que no han tomado a Cristo en sus vidas, y que no tienen más que la copa vacía, cuando se acaba el vino de la tierra! -JR Miller